Dificultades en aprender

El niño con dificultades en aprender

{mosimage}Ya están los colegios cerrados y los niños en casa o en los casales de verano. Aquellos que hayan tenido dificultades escolares durante el curso, están concienciados para tener que seguir haciendo tareas escolares durante toda la temporada estival, muy a pesar suyo.

Pero quizás sería ahora el momento de hacer una valoración sobre el ritmo escolar que han ido llevando estos niños.  El niño que no aprende en clase al ritmo del aula puede que esté sufriendo una dificultad en concentrar su atención, y esto puede estar ocurriendo porque el aprender no sea una tarea motivadora para el niño.

Después de lo anterior, muchos os preguntaréis:
¿Cómo puede ser que un niño no desee aprender?

Pues eso ocurre y a menudo, a veces desde el inicio de su desarrollo. En muchas ocasiones, el niño empieza a no querer aprender cuando tarda en andar o tarda en hablar, este niño puede que no esté deseando avanzar.

Avanzar y aprender significa querer crecer y querer encontrar estrategias para enfrentarse a su vida futura de autonomía. Muchas veces encontramos que un niño que no quiere aprender es también un niño que no quiere hacerse mayor. Por ello, en vacaciones, serán los padres los que tengan que impulsar al niño a ponerse a hacer deberes o recuperar conocimientos que debía haber adquirido en el curso pero que no logró. Al final, se convertirá en un sobreesfuerzo de los padres el que el niño realice sus tareas de verano y jamás en un deseo del niño. Reflexionar sobre esta situación tiene un valor debido a que, quizás, podemos entender qué le pasa al niño para así poder ayudarle en su crecimiento interior.

El aprendizaje forma en muchas ocasiones parte de la madurez, es por ello por lo que en los niños con dificultades en el aprendizaje encontramos signos de inmadurez. El primer paso consistiría en intentar entender qué hay detrás de un niño que obtiene deficientes resultados escolares. Presionarlo con una mejora es infructuoso porque primero debería poderse pensar qué es lo que ocurre. Pensar en el porqué le pasa eso al niño es una tarea que puede llegar a resultar algo angustiante, pero atreverse a ello es necesario para poder entender al niño y, en consecuencia, ayudarlo.

Quizás encontremos, después de todo, alguna información que nos ayude a motivar un cambio de dinámica que acabe afectando para bien al niño y al resto de la familia. 

El cambio de actitud es posible y debe creerse en esta posibilidad para así favorecer que se pueda hacer realidad. Remarcar que pequeños cambios en la actitud de un niño son grandes cambios y ello debe animarnos y animarlo a seguir adelante. Los cambios representan la mejora y a la vez el deseo de mejora, por eso deben ser potenciados, para así poder conseguir avances en la autonomía del niño.

El problema en los resultados escolares no es tanto un problema en sí mismo como lo que ello puede significar: que el niño no quiere aprender y tampoco mejorar respecto a sí mismo.

El objetivo final será que el niño, a pesar de las dificultades que se le presentan en las tareas escolares, sea él mismo el que desee mejorar.
 
Mónica Dosil
ISEP clinic castelldefels
clinic.castelldefels@isep.es