Eliminemos los ruidos
{mosimage}La convivencia en una ciudad genera un nivel de ruidos que no por acostumbrado debe ser soportable. Los ciudadanos de Castelldefels debemos ser los primeros en limitar su emisión y en nuestras manos está hacerlo: las motos con tubo de escape libre, las radios de los vehículos, las obras a horas intempestivas, los encuentros al aire libre,…pero no sólo los propios vecinos somos los causantes de los ruidos que nos invaden. Es más, la mayor parte de las molestias sonoras vienen causadas por agentes ajenos a la ciudadanía.
Díganme, si no, lo que es soportar durante 5 meses el taladro insoportable de una obra privada en Bellamar, o el paso del camión repartidor del butano que anuncia su mercancía a base de claxon; o el chatarrero que golpea una llanta de coche para que no dejemos de oirlo; o, lo que es peor, los ruidos con consentimiento de los estamentos públicos. Éste es el caso de la autopista, que durante 15 años no ha dejado de molestar día y noche a los ciudadanos de Castelldefels. Durante este tiempo han hecho oidos sordos (nunca mejor dicho) a las peticiones de los vecinos de instalar barreras anti-sonoras.
Pero el colmo de los colmos se lo llevan los aviones. No el 10%, el 13% ni la configuración ésta o aquélla. Los aviones son, todos ellos, un atentado sonoro contra nuestras vidas. Teniendo 180º al mar siguen haciendo peligrar nuestra salud. Y, lo que es peor, nuestras vidas.