Historias de la Mili

Historias de la Mili

{mosimage}Este artículo se me ha ocurrido viendo un reportaje en el telediario de Telecinco en el que había un grupo de chicas que llevaban desde la noche anterior en la puerta de la plaza de Las Ventas de Madrid esperando una actuación de David Bisbal. Una de ellas ha dicho que daría hasta la última gota de su sangre por el simpático cantante.

Esto me hizo recordar que yo, hace unos 26 años, tuve que jurar que daría todo mi rojizo líquido por la Patria. El servicio militar obligatorio moderno fue decretado en 1911 por el gobierno de Canalejas en tiempos de Alfonso XIII y se ha mantenido (desconozco si se ha suprimido en algún momento) hasta el 31 de diciembre del 2001, en que desapareció bajo el gobierno del PP.

El aritmético nombre de “quintos” que durante muchos años se ha dado a los reclutas proviene de una ley del año 1732, en tiempos de Felipe V, en la que se hace una leva obligatoria para servir en el ejército de uno de cada cinco hombres. Existió una redención en la que pagando una cantidad te librabas del servicio militar, esta redención desapareció en 1909. Entonces los padres ricos pagaban a los padres pobres para que su hijo fuera al servicio en lugar del suyo. Esto ocurrió bastante durante las guerras de África de principios del XX.

{mosimage}Bueno, ahora daremos un acrobático salto en el tiempo y aterrizaremos en el año 1981, fecha en la que fui incorporado a la Armada Española simplemente por vivir en este pueblecito marino. La única relación que había tenido mi persona con los barcos era a través de la papiroflexia, es decir, haciendo barcos de papel y poniéndolos a navegar en un charquito como dice la canción de Serrat.

Pues ahí me tenéis en una coyuntura histórica un tanto delicada, ya que llevábamos cinco años de democracia y tres de Constitución. Cuando ingresé habían pasado menos de cinco meses desde que el Sr. Tejero entró a punta de fusil en el Congreso de los Diputados.

En aquel tiempo no es que hubiera ruido de sables, pero a lo largo del año y medio que estuve en el servicio se empezó a procesar a los encausados del 23-F. Como anécdota sirva decir que mis mandos leían un bonito periódico llamado “El Alcázar” (con el nombre no hace mucha falta explicar el contenido), recuerdo que había un Capitán de Corbeta (equivalente a Comandante en Tierra) joven y bastante simpático que leía el diario “YA”, lo que allí equivalía a ser casi un revolucionario.

Otro hecho histórico que me tocó vivir durante el servicio fue la Guerra de las Malvinas en 1982, recuerdo los misiles Exocet, el hundimiento del Almirante Belgrano y la pericia de los pilotos de la Armada Argentina. Esta guerra acabo con el mandato de los militares y en 1983 subió al poder Raúl Alfonsín.

Quisiera acabar con una reflexión personal, aunque me considero un poco ácrata (no me gusta la autoridad en general y la arbitraria en particular) y nada militarista, puede que lo que diga a continuación a algunos le suene a lo contrario. No estaría nada mal que a estos muchahitos/as que en la actualidad maltratan de palabra y obra a sus padres llevarles tres mesecitos (yo estuve seis veces más) a un cuartel de instrucción a divertirse montando guardias, fregando servicios, aguantando lo que te echen, etc. Tal vez así valorarían mucho más lo que tienen.