Estrés infantil

Estrés infantil, un síntoma actual

{mosimage}Ocurre que los mayores piensan que los niños son felices por el hecho mismo de ser niños, pero ocurre en muchas ocasiones  que los niños también sufren de estrés. Para poder pensar sobre esta cuestión, deberíamos empezar preguntándonos qué es el estrés.

Yo definiría el estrés como una respuesta adecuada o inadecuada del organismo frente a una situación que incide directamente sobre nosotros. De todas maneras, ante un acontecimiento estresante dos niños pueden tener dos respuestas totalmente distintas, entre sí, debido a que un mismo acontecimiento puede no estresar a un niño y a otro sí.  Es decir, lo que en realidad importa es observar a cada niño en particular y poder comprender cómo le van afectando cada uno de los acontecimientos que se van sucediendo en su vida. También creo importante remarcar que la forma en que los niños presentan estrés también difiere de unos a otros; podemos encontrar desde lloros desproporcionados a mutismo total o selectivo, así como ausencia de comunicación, miedo a ir al colegio, miedo a quedarse en algún lugar sin los padres, es decir, cualquier cambio en el comportamiento del niño a raíz de algún acontecimiento, supuestamente estresante, debe requerir de nuestra atención.

En ocasiones puede darse la circunstancia de que no aparezca en el entorno del niño un acontecimiento supuestamente traumático, pero que el niño manifieste síntomas compatibles con un cuadro de estrés. Asimismo, a veces se da la circunstancia de que se les pide a los niños que se responsabilicen de situaciones que no les corresponden por edad, o se les llama la atención demasiadas veces para que puedan asimilarlo, estas dos situaciones son productoras de estrés y, por lo general, pasan desapercibidas hasta que aparece algún síntoma. Para todos es mucho más previsible el detectar el estrés infantil después de un acontecimiento supuestamente traumático, porque es lógico que después de una causa objetivamente  evidente aparezca un efecto, pero cuando el estrés es producido por una determinada dinámica familiar, es mucho más complejo detectarlo hasta que el niño no es capaz de expresarlo con un comportamiento o actitud inadecuada.

Para poder comprender el estrés en nuestros hijos y así poder ayudarles es preciso saber detectarlo, para ello debe ser posible cierta objetividad y cierta subjetividad; es decir, ocupar un lugar de observador y así poder comprender mejor que es lo que está pasando y, a la vez, ser suficientemente responsable para hacer una autocrítica que nos lleve a evaluar nuestra propia manera de educar. El conocer los problemas es la única forma posible de intervenir en ellos, por eso es de importancia el poder detectarlos. El profesorado escolar acostumbra a ser de gran ayuda para comprender qué le ocurre a un niño y hay que preguntarles sobre dicha circunstancia cuando aparece un problema de estas características. Es posible poder resolver el estrés hablando de él con el niño, lo que ocurre es que, en demasiadas ocasiones, los niños tienen grandes dificultades para expresar lo que les pasa debido a que ni ellos mismos son conscientes de su subjetividad; por eso, persistir en que se comuniquen con  nosotros y nosotros con ellos es la vía que hay que seguir.

Mónica Dosil
clinic.castelldefels@isep.es