En Octubre, el IBI
{mosimage}Hoy en día, los ayuntamientos tienen la responsabilidad de administrar directamente servicios públicos de un volumen y una diversidad muy importantes. La administración local es ya principalmente una entidad de gestión de servicios. Esto exige a los equipos de gobierno una capacidad de gestión y unas condiciones técnicas que nos alejen definitivamente de las viejas y tradicionales costumbres de nuestra administración. En Castelldefels, el considerable derroche de recursos públicos es un ejemplo de pésima gestión. El gobierno municipal de nuestra ciudad, dirigido desde hace 28 años por el mismo partido, se ha convertido en un distribuidor de servicios a los clientes del mercado político, aplicándose una gestión en función de criterios exclusivamente electoralistas y recaudatorios.
Hoy nos toca recordar que en octubre nos cargan el último recibo del IBI (antigua Contribución Urbana) de este año. El coeficiente del IBI sufrió para el 2005 un brutal aumento del 16,89%. Además, el incremento de la base liquidable acrecentó la cuota hasta, según los casos, más del 25%. Un incremento exorbitante, desproporcionado y sin precedentes. Desde entonces, el aumento de cada año, de acuerdo con el aumento del IPC correspondiente, arrastra aquel despropósito. Pronto se nos dictará el IBI para el año próximo. El IBI grava muy particularmente las viviendas –además de locales, parkings y terrenos-. Las viviendas, es decir, los hogares de los ciudadanos, son tratados por las autoridades municipales como si constituyeran inversiones especulativas. Pero es que el IBI es el cuerno de la abundancia para las arcas municipales. El IBI, con un presupuesto de recaudación para este año de 15.300.040 euros, representa más del 25% del presupuesto de ingresos (60.727.004 euros). Y de los seis impuestos municipales- que suman 24.950.040 euros- representa más del 60%. De hecho, el IBI constituye la 1ª partida en los 61 epígrafes de ingresos del presupuesto. ¿Será ésta una de las principales causas que ilustra sobre la vorágine constructora-destructora que inunda Castelldefels desde hace 28 años? ¿Por qué no creamos una estructura de gestión eficaz, económica y equitativa, que responda a las necesidades reales de toda la población? Humildemente pensamos que ésta es la mejor solución que los ciudadanos debemos exigir a nuestros gobernantes, ocupados exclusivamente en recaudar impuestos, y cuantos más, mejor.