El timo de la estampita del recargo del transporte

El timo de la estampita del recargo del transporte

{mosimage}Hace apenas unos días, el PP de Castelldefels realizó tres importantes propuestas que pueden beneficiar enormemente a los ciudadanos de esta ciudad. La primera de ellas consistía en mejorar el estado actual de las paradas de autobús, ya que la mayoría de ellas se reducen a un simple poste y un cartel, donde el viajero no tiene ni bancos, ni marquesinas, ni horarios, ni tampoco mapas que le sean de utilidad. Amigo lector, pruebe a dar un paseo por la ciudad y podrá comprobarlo por sí mismo. Por ejemplo, los días de lluvia y frío, los usuarios del ambulatorio de Can Bou se ven obligados a quedarse en el vestíbulo, ya que la parada que hay a escasos metros no goza ni de marquesina ni banco, y donde existe más que suficiente espacio para ubicar dichos elementos.

Otra de las propuestas, que era una histórica reivindicación de este Grupo, consistía en la solicitud urgente de una línea de metro que conecte Castelldefels con Barcelona. Es decir, reclamamos el antiguo proyecto de la Línea 12, ahora sustancialmente alterado. El proyecto inicial, aprobado en su día por CiU, en el gobierno de la Generalitat con apoyo del PP, significaba dotar a Castelldefels de 4 paradas de metro, cuya finalización y puesta en marcha estaba prevista para el año 2007. El proyecto actual no conectará directamente con Barcelona, perderemos la parada en el centro del pueblo, y tiene fecha prevista 2015. Sin embargo, las ilustres señorías de CiU, ahora en el gobierno apoltronado de Castelldefels, no quisieron suscribir esta propuesta ya que, por lo visto, no quieren incordiar a sus socios de gobierno. Quizás tengan miedo de perder su sillón…
La tercera propuesta reclama la supresión del llamado Recargo del Transporte Metropolitano, un impuesto propio de regímenes intervencionistas y maoístas. Un recargo que supuestamente debe servir para financiar el transporte público en Barcelona y los municipios cercanos, como Castelldefels. Pero se trata de un bulo como todos bien sabemos. Para empezar es un impuesto que exclusivamente se paga aquí, pero no en otras partes de España, como por ejemplo Madrid, Valencia, Sevilla o Bilbao. No es un impuesto justo, ya que hace que todos paguemos simplemente por ser propietario de un piso o una vivienda (por ese concepto ya pagamos un IBI muy alto), y discriminatorio, ya que el ciudadano de Castelldefels que viva en Montemar, Poal, Can Roca, Gran Via Mar, etc., disponen únicamente de una casi miserable línea de autobús, en contrapartida de la gran cantidad de líneas de autobús, metro, ferrocarriles y cercanías de los que dispone la gente que vive en la avenida Icaria o en calle Balmes de Barcelona. ¿Cómo es posible que, habiendo tanta diferencia en la cantidad, calidad y frecuencia de medios de transportes públicos, los ciudadanos de Castelldefels tengan que pagar lo mismo que los de Barcelona?

En fin, recuerde que fue el PSC quien en 1992 impuso este injusto impuesto (que subirá el año que viene) y que el PP votó en contra. Que por dicho impuesto se recauda en Castelldefels casi un millón de euros, y en toda el Área Metropolitana más de 64 millones. Que existen barrios en Montcada i Reixach que no lo pagan por la escasez de medios de transporte que tienen (cosa que sucede aquí pero nosotros pagamos). Y, finalmente, que, según el Cercle d’Estudis Sobiranistes, han sido los gobiernos de Aznar y no los de Zapatero quienes desde Madrid han invertido más en Cataluña.

Dinero, dinero, dinero. Desde Madrid o desde Barcelona, me da igual, pero los ciudadanos tenemos la sensación de que sufrimos el timo de la estampita y, a cambio de nuestros impuestos, no tenemos metro, ni buenos cercanías, ni paradas de autobús en condiciones. Eso sí, recuerde desde ahora circular como máximo a 80 km/h, porque lo que sí tenemos son unos buenos radares que nutren todas nuestras carreteras (muchas con peajes).