El juego de los niños
{mosimage}El juego es aquella actividad que nos transporta a otra situación donde podemos convertirnos en una princesa, un bebé, un perrito o cualquier personaje que se nos antoje. Aquí, dentro del juego, las normas son diferentes a las de la vida real, puesto que nadie obliga al niño a responder de una manera determinada, y es libre más o menos para moverse dentro de los personajes elegidos.
Es necesario practicar juegos compartidos donde se puedan establecer estos roles porque para que exista una princesa, debe existir también: un príncipe, un rey, un criado…Un niño solo no puede elaborar un juego de roles de manera completa.
El juego permite al niño expresar lo que siente en su interior, lo que desea o lo que le preocupa. Convirtiéndose en otro le resulta más fácil exteriorizar su mundo interno.
Pero ¿qué ocurre últimamente con los juegos? Parece que está cambiando el concepto de juego, por un lado, y, por otro, se tiene la idea de que los niños tienen que jugar solos. El juego como entretenimiento, donde el niño está sólo frente al material de juego no permite verdaderamente esta función antes descrita. Quizás no se le está prestando toda la atención que debiera a este tema, que es una parte importante del desarrollo global de cada niño.
La observación del juego es para muchos profesionales de la psicología y de la educación de niños una herramienta muy valiosa, donde descubrir lo que le ocurre a un niño o parte de su problemática, que aparece en el desarrollo del propio juego.
Un niño que no juega es una señal de que hay algo que no está funcionando adecuadamente en su vida, ya que un niño que no juega, es un niño que no se comunica con sus compañeros y que no establece las pautas de socialización necesarias para la interacción.
Quiero incidir en que el juego necesita recuperar su estatus, ya que no se trata de un “entretenimiento”, sino de UNA NECESIDAD en la vida de todos los niños y niñas y que les va a permitir desarrollar todas sus habilidades en conexión con los otros.
Nuestra mirada frente al juego debe cambiar para que lo veamos como un mundo lleno de posibilidades; y desde esta perspectiva podremos:
- mirar en los juguetes todo lo que verdaderamente van a ofrecer a nuestros hijos,
- y aprender a jugar junto a nuestros hijos, colaborando en este aprendizaje y compartiendo de verdad el placer del juego.
Isabel Real
Logopeda
Isep Clínic