Escolarizar en castellano

Escolarizar en castellano

{mosimage}Recientemente se ha presentado en el Parlamento de Cataluña una iniciativa legislativa popular a favor de la escolarización en castellano en las escuelas de Cataluña. Dicha iniciativa contó con el soporte de más de 50.000 ciudadanos pero, sin embargo, se vio empañada por el desplante de los políticos de los grupos del PSC, CiU, ICV y ERC, quienes mayoritariamente abandonaron la sala mientras que la iniciativa era defendida por el ponente.

Semejante desprecio tiene un importante significado ya que pone de manifiesto no sólo el desinterés y la falta de preocupación por miles de ciudadanos, sino que, además, implica la negación de un derecho que por ley corresponde a todos los ciudadanos, y que no es otro que el derecho a escolarizar a nuestros hijos en cualquiera de las dos lenguajes oficiales de Cataluña.

No se puede consentir que se pretenda que el castellano se aprenda viendo la tele o en el patio de un colegio, ni es suficiente emplear únicamente dos horas a la semana en clase para adquirir el suficiente conocimiento de una de las lenguas más habladas en todo el mundo. El castellano, sin duda alguna, nos abre las puertas para comunicarnos con millones de personas de todo el planeta, hace competentes a nuestros hijos para que el día de mañana puedan trabajar en un sinfín de multinacionales y de empresas, supone un activo para este país y, en especial, para Cataluña para que muchas personas se sientan atraídas por visitar nuestras ciudades y conocer nuestra cultura, lo que fomenta el dinamismo económico de Cataluña y España,  e incide directamente en el turismo que recibimos, motor de nuestra economía.

La realidad de Cataluña es que millones de sus habitantes son bilingües, unos nacidos aquí y otros nacidos en otras partes de España, como el propio President José Montilla. Los castellanohablantes no debemos avergonzarnos por hablar en castellano, ni debemos sentirnos apestados por reclamar nuestros derechos. Erradicar el castellano de Cataluña, sueño de muchos nacionalistas y ahora también de algunos socialistas, supondría perder una gran ventaja competitiva para las futuras generaciones de ciudadanos de esta tierra. Además, cuánta hipocresía existe en quienes desde el Govern niegan el derecho a escolarizar a nuestros hijos en castellano, mientras el propio Montilla se apresura en apuntar a sus hijos a un colegio alemán. Evidentemente, personas como el President no son tontas y piensan en el futuro de sus hijos y en darles la mejor formación posible, especialmente los idiomas tan vitales en un mundo cada vez más globalizado. Lástima que no desee lo mismo para los ciudadanos que gobierna que para sus propios hijos… Ellos, los mismos que dan la espalda al castellano en el Parlament, hacen valer aquel popular dicho de “haz lo que yo diga, y no lo que yo haga”.

Manuel Reyes
Partido Popular Castelldefels