Cambio de ciclo económico
{mosimage}Les quiero hacer partícipes de que la actualidad económica mundial provocará, en mayor o menor medida, un punto de inflexión en la historia. Entenderla es tan interesante como difícil. Ciertamente, estamos atravesando un momento con una componente de incertidumbre importante.
Ahora realmente se puede apreciar que la economía tiene dos particularidades notables: es de carácter cíclico y tiene una fuerte entidad psicológica. Todos conocemos que a un ciclo económico positivo le sucede un ciclo económico negativo, es un hecho. Lo sabemos, pero no lo asumimos fácilmente.
La primera economía mundial está en recesión. No se entiende fácilmente cómo la depresión del mercado inmobiliario estadounidense nos afecta tan directamente. Es un círculo vicioso, los bancos tienen pérdidas acentuadas debido a las hipotecas de alto riesgo que dejarán de cobrarse, se endurecen las concesiones de préstamos generando menos liquidez en el mercado, los consumidores contienen su consumo y las empresas con expectativas de negocio menores reducen la inversión.
La economía española también está sufriendo una caída como consecuencia de una clara desaceleración de la construcción. Pero las empresas no parecen estar desesperadas, un poco expectantes, eso sí.
Por otro lado, la vertiente psicológica de la economía hace que las expectativas sean su principal motor. Las perspectivas de cómo cada uno entiende que será el futuro determinarán los comportamientos de hoy. Sin duda alguna, los mensajes catastrofistas generan pesimismo. Pero, analizando nuestro pasado más reciente, habría que preguntarse hasta cuándo un ciclo económico excesivamente positivo era sostenible en el tiempo. Estamos claramente ante una desaceleración del crecimiento que generará una inestabilidad económica y llevará, finalmente, a un cambio de ciclo.
A esta evidencia del cambio de ciclo se suma un periodo de elecciones en los dos países. En nuestro caso, las obras públicas en infraestructuras y el plan de vivienda social se han de priorizar no sólo para amortiguar el cambio de ciclo, sino también para mantener el progreso social conseguido estos últimos años.