¿Adónde va nuestro dinero?

¿Adónde va nuestro dinero?

{mosimage}Cuando hablamos de economía personal o familiar, una reflexión típica es preguntarse: ¿dónde está yendo mi dinero? Es una pregunta difícil de responder y muy pocos sabrían decirlo a ciencia cierta. Para ello haremos el ejercicio de montar un pequeño control de ingresos y gastos, o si lo prefieren de entradas y salidas. La mayoría de personas consiguen acordarse de sus gastos más grandes como pueden ser alquiler, seguro del coche, colegios…, ahora bien, los gastos más pequeños como cafés, comidas… no suelen estar tan controlados; sin embargo, cuando los sumamos nos encontramos con auténticas sorpresas.

Nuestro ahorro mensual vendrá de restar los gastos de los ingresos generados. Esa cantidad es la que tendremos disponible para invertir. Esta fórmula sencilla nos lleva a la conclusión de que, para mejorar nuestra situación mes a mes, sólo tenemos dos opciones: o subimos los ingresos o reducimos los gastos. Tendremos que escoger la que sea más viable para cada uno.

Un dato importante que acaba de divulgar el Instituto Nacional de Estadística sobre la tasa de ahorro de las familias españolas durante el último trimestre del año la situó en el 20,6% de la renta disponible; ésta vino provocada por la incertidumbre existente que llevó a las familias a contener su consumo y elevar rápidamente su ahorro. En realidad, la media del ahorro de las familias españolas en el 2007 fue muy baja, sólo se ahorró el 10,3% de la renta disponible. Ahorrar es aplazar el consumo de hoy para realizarlo en el futuro. Para ello tenemos que tener muy clara la diferencia entre verbos como necesitar y desear. Muchos pensamos que “necesitamos” cuando en realidad simplemente “deseamos”. Hay que cambiar apenas algunos pequeños hábitos, ya se dice “no hay recompensa, sin esfuerzo”. No hace falta cortar placeres, sino tener la fórmula presente en nuestro día a día. Ahora bien, ahorrar es una fase importante pero no la única. Tenemos que saber invertir nuestros recursos.

Este ejercicio es tan obvio como difícil de continuarlo durante varios meses. Para ello, lo más importante es comprometernos con nosotros mismos y, sobre todo, tener disciplina para poder escribir metas y cumplirlas.