Seguimos defendiendo el interés ciudadano frente al aeropuerto
{mosimage}Coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial contra el Ruido, el 16 de abril, el Ayuntamiento de Castelldefels ha impulsado un manifiesto público con relación a la problemática que genera el sobrevuelo de los aviones en nuestra ciudad y en el resto de poblaciones situadas en el entorno del aeropuerto. El manifiesto -promovido por nuestro alcalde, Antonio Padilla, y suscrito también por los de Gavà, Viladecans, Sant Boi, Begues, Sitges y El Prat- quiere hacer llegar un mensaje nítido al conjunto de la sociedad catalana: que compartimos la idea de que Catalunya tenga un buen aeropuerto que contribuya al progreso económico y social colectivo, pero que bajo ningún concepto debe ser a costa del bienestar y la salud de los centenares de miles de personas que viven a su alrededor.
El manifiesto reclama que se actúe urgentemente para conseguir el nivel de utilización de la configuración Este acordado en 2005 con Aena. Como se recordará, el porcentaje previsto de uso de esta configuración, que es la que más nos perjudica, era del 8% y siempre por condiciones meteorológicas justificadas. Esto no se está cumpliendo y desde octubre del 2006 (fecha en la que entró en vigor la configuración de pistas acordada) el porcentaje medio es del 25%. Pero es que no nos conformamos con esto: también pedimos que se siga trabajando para que ese porcentaje llegue a ser de cero.
Entre otras reclamaciones, los alcaldes también dejan claro que no se aceptará la configuración de pistas independientes, y que la posición de los siete ayuntamientos será firme en defensa de un marco estable de gestión que contemple que el aeropuerto opere indefinidamente en configuración de pistas segregadas.
Este manifiesto es una nueva demostración de que, pese a que la situación que vive Castelldefels es mucho mejor que la que se registraba hace dos años, el Ayuntamiento seguirá trabajando de manera enérgica para reducir la afectación del aeropuerto sobre nuestra población. Y lo hará allí donde le corresponde: en las instituciones y con toda la fuerza que otorga la razón.