Crisis… de ansiedad

Crisis… de ansiedad

{mosimage}En época de crisis económica creo que es oportuno volver a comentar algunos aspectos sobre la crisis de ansiedad. En principio, ambas crisis no tendrían mucho que ver pero si indagamos un poco más allá nos damos cuenta de que pueden estar muy relacionadas.

Todo el mundo habrá oído hablar de la Crisis de ansiedad  y de cuáles son sus síntomas pero, en realidad, cuando esta aparece por primera vez, el afectado no cree ni de lejos lo que le está sucediendo; la crisis de ansiedad es una reacción de miedo o malestar intenso que aparece de repente y que, en cuestión de minutos, hace que tengamos la impresión de que nos va a ocurrir algo realmente grave, que no vamos a poder controlar, tal como podría ser un ataque al corazón. Pero, en realidad, aunque hay un cambio en las constantes y pueden aparecer palpitaciones no hay riesgo vital alguno. Algunos signos que puedan indicarnos que estamos sufriendo una crisis de ansiedad son: palpitaciones y/o sudoración y/o temblores, ahogos, opresión en el pecho, náuseas o mareos, miedo a perder el control y miedo a morir, entre otros.
La crisis de ansiedad puede ser entendida como un síntoma que aparece ante el estrés que puede estar vivenciando la persona. Es decir, ante la aparición de cambios vitales en nuestras vidas como cambios de pareja, laborales, separaciones o muertes de familiares o amigos que no pueden gestionarse adecuadamente, puede aparecer una crisis de ansiedad que nos indicará el alto nivel de angustia a la que se encuentra expuesta esa persona y al que no puede enfrentarse alternativamente.

En la actualidad, vivimos una época de crisis económica que parece estar afectando psicológicamente a todos, lo que ocurre es que esta inseguridad que hace que se tambalee, en ocasiones, la economía familiar produce un estrés añadido que puede desembocar en un incremento en la aparición de estas crisis de ansiedad.  El dato a tener en cuenta es que una gran parte de la población vive un estrés añadido no tanto ante la crisis económica real, sino aquella que nos advierten todos los medios de comunicación que hace que temamos las peores consecuencias. No se está sufriendo por la crisis actual sino por la que nos anuncian que ha de llegar o que ya ha llegado. Respecto a las crisis de ansiedad pasa algo similar, quien no la ha sufrido no la teme, pero aquél que la ha vivido sufre un malestar continuo, no ante la crisis en sí misma, sino ante el temor a sufrirla.

Mónica Dosil
Isep Clínic
clinic.castelldefels@isepclinic.es