Desde la Autovía: Trata es mal trato
{mosimage}El fenómeno de la prostitución y la trata de mujeres están absolutamente relacionados y no se pueden desligar. La prostitución en Castelldefels se ha convertido, cada día más, en un lucrativo negocio y globalmente, según la ONU, mueve entre 5 y 7 billones de dólares anuales afectando a 4 millones de víctimas.
Nuestra hermosa ciudad no sólo es conocida por sus playas, su castillo y su gente. Desafortunadamente, a Castelldefels la hacen famosa algunas noticias en los periódicos. Es que, con cierta regularidad, las redadas en los clubes de alterne son crónicas policiales. Pero pareciera que todo queda allí. Sin embargo, con sólo ir por la autovía podemos darnos cuenta de que la prostitución mantiene una altísima actividad (económica) en esta ciudad.
Pero pocos parecen saber que la Prostitución es la versión más clara y actual de la esclavitud del siglo XXI. Desgraciadamente, algunos continúan hoy, en los tiempos que vivimos, comerciando con el sexo (ajeno, por supuesto). En los últimos años, el negocio que rodea la prostitución, tráfico y pornografía (siempre acompañado por drogas), ha pasado de ser el tercer gran negocio del mundo a ser el segundo, inmediatamente después del tráfico de drogas, aunque resulte difícilmente cuantificable.
Semiesclavitud no significa libertad
Según datos de la IOM (International Organization for Migration, Suiza) el comercio de mujeres continúa en nuestros días. A finales de los 90, 500.000 mujeres por año fueron vendidas en los países de la Unión Europea y obligadas a ejercer la prostitución, en una situación de semiesclavitud. Y las cifras se siguen incrementando.
Está claro que toda forma de esclavitud constituye una violación de los Derechos Humanos pero, lamentablemente, a las autoridades les preocupan más otros delitos que el tráfico ilegal de mujeres y la violación de los derechos humanos en este caso.
Convivimos con una alta hipocresía social por no querer reconocer lo obvio y evidente. Así, en la mayoría de los casos, una stripper significaría mujer que se desnuda, pero en realidad se refiere a una prostituta. Club es un anglicismo que significa un lugar, generalmente, acondicionado para bailar pero, en la práctica, no es otra cosa que un burdel o prostíbulo. Dancers no son bailarinas, sino prostitutas. (xornal.com)
Aunque la rentabilidad del negocio y la demanda del mismo aseguran su existencia, algunos, en nuestra ciudad, nos preguntamos si podremos cambiar. Los informes policiales dicen que, en nuestro país, se ha producido un incremento, en los últimos años, de la actividad de grupos criminales organizados, dedicados sobre todo a la captación e introducción de mujeres inmigrantes que son explotadas de muy diversas formas.
Algunas que se prostituyen lo hacen en estos burdeles de Castelldefels. Otras, un 20 por ciento lo hace de forma autónoma o en establecimientos urbanos tipo "sauna de masajes", pero las más desfavorecidas se prostituyen en las vías urbanas o en “zonas rojas” como nuestra autovía. Ellas llegan de países del Este o de Latinoamérica y la gran mayoría manifiesta que lo hace para poder comer y mantener a su familia. Casi todas ellas, “si pudieran elegir, dejarían este trabajo”.
Un testimonio provocador.
“No me inicié en la prostitución por vocación, estaba en situación límite, en la calle sin trabajo y sin ningún tipo de ayuda. Pero ahora sigo porque he sido discriminada en el mundo laboral… y por la edad. Por otro lado, al proceder de un contexto marginal, las oportunidades que de natural puede dar la vida me conducían a la exclusión social. El ejercer la prostitución me ha permitido…mantener a mi familia…”. La salida, en cualquier caso, no resulta fácil sin un fuerte apoyo social.
Una marcada carencia afectiva y económica deben ser nuestros primeros puntos a combatir. La prostituta se encuentra en una situación de marginación, exclusión social y reprobación por parte de la sociedad (la misma sociedad que no reconoce lo evidente).
¿Qué hacer?
A la policía le toca el trabajo más sucio: Intensificar la lucha contra el tráfico y la trata de personas. Será importante fomentar y facilitar la decisión de denunciar sin miedo a estas redes. Otra acción es incrementar la atención a las mujeres en situación de prostitución: aunque las asociaciones de ayuda tenemos mucho que hacer y también los poderes públicos, impulsando medidas de apoyo a las víctimas y ofreciéndoles alternativas sociales y de vida, será necesario que las chicas se animen a pedir ayuda. Tendremos que asegurarles la información sobre los servicios sociales y recursos legales de que disponen, y el apoyo para tener acceso a esos servicios y recursos fomentando la asistencia jurídica especializada y en su propio idioma.
Todo un desafío.
CENTRO BETANIA
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