Amianto en los jardines de la Rocalla
{mosimage}La nueva aparición “inesperada” de amianto en Castelldefels, en los terrenos de la antigua fábrica de la Rocalla, supondrá una necesaria limpieza que repercutirá en un gasto de un millón y medio de euros en la descontaminación de unos terrenos que, en su día (hace más de 15 años), debieron quedar limpios, pero que los gobernantes de entonces –los mismos que siguen gobernando ahora– no prestaron la debida diligencia para evitar la acumulación de residuos, en el ahora terreno público.
Tras aprobar la construcción de un parking subterráneo donde el PP votó a favor confiado de la responsabilidad del equipo de gobierno, se comenzaron las obras sin las debidas pruebas que verificasen la inexistencia del material contaminante. No obstante, desde el Consistorio se aseguraba que no había riesgo y que ni siquiera en aquella zona hubo jamás material contaminante durante el tiempo en que la fábrica desarrolló su actividad.
Sin embargo, ante la insistencia del Partido Popular por esclarecer si las pruebas que se debían realizar para comprobar si había elementos contaminantes (como el amianto) en la zona, se habían llevado a cabo efectivamente o no, y si los protocolos que se debían seguir se cumplían estrictamente, el gobierno no tuvo más remedio que hacer las debidas pruebas y certificar, por tanto, la existencia de amianto en la zona.
Es importante señalar que el Partido Popular presentó el día 24 de abril una batería de preguntas relacionadas con este tema, y que han sido, sin duda alguna, detonadoras de la realización de los estudios en el terreno. En dichas preguntas se solicita al gobierno socialista que responda si efectivamente se han realizado las pruebas necesarias para determinar si existe amianto en los Jardines de la Rocalla. También se les ha pedido un mapa de zonas contaminadas de la ciudad, y que se pongan de manifiesto qué estudios se han llevado a cabo en los últimos años en materia de contaminación por parte del propio Ayuntamiento, del Ministerio de Sanidad y la Generalitat de Catalunya. Todavía hoy siguen sin respuestas todos estos interrogantes.
Desde el Partido Popular debemos mostrar de manera clara y contundente nuestra postura contraria a una mala gestión, que no es fruto de una circunstancia puntual, sino de una actitud persistente y recurrente en el tiempo del equipo de gobierno. ¿Quién no se acuerda del parque acuático de Ca n’Aymerich o de la Galería de Tiro o del Hotel del Baixador? Todos son ejemplos de errores cometidos por el equipo de Marina y de Padilla, y que han abocado al Ayuntamiento de Castelldefels a la necesidad de asumir una importante deuda cifrada en más de 50 millones de euros, que tiene pocos visos de mejorar. Al final, el millón y medio de euros lo pagaremos todos los ciudadanos que vivimos en Castelldefels (gracias a los impuestos tan altos que padecemos). La limpieza del amianto es necesaria y se deberá llevar a cabo, pero la pregunta es: ¿Por qué se desmanteló la Fábrica de la Rocalla, y nuestros gobernantes permitieron que bajo nuestros pies quedase oculto un regalo envenenado? ¿Quién realmente debería pagar ese dinero ahora?.