Comprender la atención infantil
{mosimage}Próximo el fin de curso, encontramos que los profesores detectan posibles dificultades en la adquisición del aprendizaje en el que están inmersos los niños, y una de las más habituales es la dificultad que aparece en los escolares en centrar y concentrar su atención.
En realidad todos los niños tienen, en ocasiones, dificultades por centrar su atención debido a que, esta, presenta un comportamiento peculiar ya que aparece y desaparece manera harto caprichosa. Hay que señalar que el control sobre la atención se establece especialmente con la madurez intelectual, por eso, hasta llegar a la fase adulta, el niño tendrá grandes dificultades en manejarla. Es por ello por lo que encontramos en algunos niños grandes carencias atencionales que acaban afectando de una u otra manera a su aprendizaje. Para poder ayudar a estos chicos propongo reflexionar unos instantes sobre dicha capacidad.
Para un niño de aproximadamente seis años no existe la posibilidad, a mi entender, de controlar su atención a voluntad, por ello es del todo infructuoso que le pidamos que se concentre y sí muy frustrante para el escolar dicha demanda. En los niños de la franja de edad entre los cinco y los nueve años, la atención aparece o no, pero es independiente de la gestión del niño. Podemos hacer un acto de reflexión personal y observar lo difícil que nos resulta poner atención en algo que nos sucede y donde esta atención no ha aparecido de forma espontánea.
Así, la falta de atención nos indicará, probablemente, que el niño está abstraído en otros temas que pueean resultarle prioritarios. A veces, para algunos niños el aprender no es importante y esto puede reflejarse a nivel atencional. Aprender significa crecer para tener, en un futuro, autonomía y otras capacidades afines, pero hay niños cuyo deseo no es el de madurar sino el de depender. Por ello, la ausencia de atención sería aquí un síntoma que indicaría la presencia de un problema.
Además, las dificultades en el aprendizaje por falta de atención se detectan en la escuela, pero en realidad ocurren en toda la vida del niño. Las dificultades en sostener la atención acompañan al niño en todo su día a día ocasionándole infinidad de problemas y situaciones conflictivas.
En otras ocasiones, lo que ocurre con la falta de atención es que el niño no está madurativamente preparado para conseguir mantener una capacidad atencional durante un determinado período de tiempo, entonces el ejercicio consistirá en ayudar al escolar a conseguir concentrar su atención gradualmente; seguramente puede interesarse en un aprendizaje determinado, pero no el tiempo necesario que exige la materia escolar para conseguir su adquisición.
Concluyendo la reflexión, quiero señalar que el mensaje final sería que los niños tienen en muchas ocasiones dificultades para centrar la atención, que no es un problema en sí mismo si no llega a interferir significativamente en su aprendizaje y que con los años irán educando la gestión de la misma a voluntad. Además, la atención en los niños de primaria es espontánea y si el niño no consigue mantenerla, la solución pasará porque el educador (padres y profesores) encuentre recursos para motivar al escolar a participar en los aprendizajes globales, hasta que el niño pueda desarrollar de una forma más amplia la gestión de esta capacidad tan fundamental en los aprendizajes.
Mónica Dosil
Isep Clinic Castelldefels
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