Obras importantes, aunque no se vean

Obras importantes, aunque no se vean

{mosimage}Nuestros hogares pueden estar muy bien decorados y disponer de un mobiliario confortable, pero no los podremos disfrutar si las instalaciones eléctricas, de agua o de gas no están en buenas condiciones. Con las ciudades ocurre lo mismo: es necesario disponer de unas buenas infraestructuras que permitan el funcionamiento cotidiano de los servicios y que puedan responder en situaciones excepcionales. En Castelldefels estamos a punto de acabar una infraestructura sumamente importante en materia de canalización hidráulica que evite problemas de inundaciones frente a episodios de fuertes lluvias. Se trata del colector que recogerá las aguas procedentes de las cuencas centrales y las evacuará al mar. De esta manera, completamos el mapa de infraestructuras hidráulicas que esta ciudad necesitaba.

Hay otras obras de infraestructura destinadas a mejorar los servicios de esta casa común que es la ciudad que también se han realizado en las últimas semanas. Son pequeñas actuaciones, pero no por ello menos importantes. Así, y a modo de ejemplo, se ha reconstruido la red de alcantarillado de aguas residuales en la zona de la avenida Constitución con Dr. Trueta y se han rehabilitado otros dos kilómetros en el sector Pineda, se han ejectuado obras de mejora del pozo de bombeo de las aguas de lluvia en el paso de peatones de Renfe en la plaza de la Estación y se ha cubierto provisionalmente la corredera Mestre, en la zona de la Rambla Marisol para eliminar la problemática derivada del estado de degradación del agua hasta que se construya el parque que se ha previsto en la superficie. Y no nos detenemos: en septiembre empezarán las obras del colector de Pau Casals que facilitará la evacuación de agua en esa zona cuando llueva con fuerza. Obras como éstas sólo se ven cuando se están ejecutando; cuando, por llevarse a cabo en la vía pública, nos provocan molestias en nuestros desplazamientos. Una vez se cierra el terreno dejan de verse. Pero conviene recordar que están ahí, debajo de nuestros pies, contribuyendo al buen funcionamiento de los servicios de la ciudad y haciendo nuestra vida cotidiana un poco más fácil.