Carta de un emigrante
Mis cuatro abuelos son EUROPEOS y se marcharon a principios del siglo pasado para Latinoamérica. Al llegar a Buenos Aires y, después de bajar del barco, se instalaba a los recién llegados en el Hotel del Inmigrante, se les daba de comer durantes 3 meses o hasta que encontraran trabajo o mientras buscaban a algún familiar o amigo. Además, se les daba automáticamente documentos: la tarjeta de residente.
Mi padre trabajó con a mi abuelo haciendo grande esta Nación, pero hoy mi hijo quiere volver a sus orígenes y se encuentra que la Comunidad Europea le cierra las puertas con la política que el Sr. Sarkozy quiere implantar, un sistema xenófobo en el siglo XXI.
Espero que no próspere dicha política, por el bien de los pueblos.