El verano de nuestras tarjetas

El verano de nuestras tarjetas

{mosimage}Empezamos el periodo del año que tanto hemos esperado: nuestras deseadas vacaciones. Disfrutar el verano suele ser el objetivo prioritario olvidando, a veces, nuestra economía doméstica; al final “estamos de vacaciones”, pero hace mucho calor, incluso en nuestros bolsillos.

Normalmente, en estas vacaciones utilizaremos alguna que otra tarjeta de crédito para hacer compras o financiar otros gastos. A pesar de que nadie niega que utilizar las tarjetas de crédito sea mas cómodo y rápido que ir al cajero automático para disponer de dinero en efectivo, hay que ser conscientes de qué estamos haciendo cuando realizamos estas operaciones. Cada vez que las utilizamos estamos, en esencia, tomando un préstamo y se nos exigirá que lo paguemos el día de vencimiento. Si no lo pagamos, deberemos abonar intereses altos y otras tasas de penalización. A pesar de lo que se suele decir, utilizar la tarjeta de crédito no es solamente usar un medio de pago sino esencialmente un crédito.

Es de todos conocido que, últimamente, el sistema financiero está otorgando menos créditos hipotecarios para la compra de bienes inmuebles, pero nadie habla de las tarjetas de crédito que, en realidad, es otra forma de liberar crédito a los consumidores, incluso más nocivo que el hipotecario ya que facilita o incita al consumo, muchas veces superfluo.
En esta época todo el sistema socioeconómico juega a favor de incrementar el gasto, por ejemplo, los hijos están ociosos más de dos meses con lo que hay una fuerte presión por gastar. Las vacaciones implican consumo que muchas veces lleva a endeudarse.

Por todo ello se han de tomar ciertas medidas. Tendremos que dedicar varias horas a planificar, haciendo un presupuesto antes de lanzarnos a la carretera. Es necesario saber cuánto podemos gastar y no cuánto debemos gastar. Será importante intentar pagar todos los gastos en efectivo, es un tema psicológico y sin duda se controla mucho mejor el gasto. En caso de usar tarjetas de crédito hemos de ir anotando lo gastado intentando no salirse del presupuesto establecido, si no, perdemos la noción de lo que gastamos. Para los consumidores impulsivos no estará de más si le dan vacaciones a las tarjetas.

Estas vacaciones intente disfrutar siendo realista, sin excesos ni tentaciones que no tenía planificadas, ya que la emoción del viaje y la relajación del momento hacen que se tomen decisiones poco conscientes de las que nos podemos arrepentir a la vuelta. FELIZ VERANO.

Antonio Fernández
Economista
afcarracedo@gmail.com