Nieves Escribano y Fernando Pessoa

Nieves Escribano y Fernando Pessoa

{mosimage}Mi amiga y compañera de tertulia de El Laberinto de Ariadna, Nieves Escribano, es una lectora empedernida, siempre tiene un libro entre sus manos en el que recorre, con fervor, sus renglones. A veces, le he oído decir de alguno de ellos: "este es un rollo", pero ella con un espíritu digno de admirar, lo finaliza y lo critica con conocimiento de causa. Yo soy incapaz de terminar un libro que no me gusta. Por supuesto que no me siento orgulloso por ello, sólo hago constar la evidencia de que ella es bastante mejor lectora que yo. Nieves regenta la zapatería CLOC (Avenida Constitución 184, de Castelldefels), en donde pasa las mañanas sorteando como puede esta crisis, que no existe, pero que va a acabar con todos nosotros. Ahí atiende a su variopinta clientela y, entre zapato y zapato, se alimenta de lo más excelso de la literatura universal. Lee también y eso tiene cierto mérito, poesía. Y claro, no se le ha escapado que hace unos días se cumplió el 120 aniversario del nacimiento de Pessoa, por lo que me dijo: ¿por qué no hablas de él? Pero hablar de Fernando Pessoa (Lisboa 1888- 1935) no es tarea fácil. El poeta es él y muchas más personas, todas ellas excelentes autores. Pessoa se ganaba la vida como traductor, pero por la noche se transmutaba y escribía las obras de escritores que él daba vida, con estilos y voces distintas: Tal vez los más importantes sean: Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Álvaro de Campos y Bernardo Soares. Eran sus heterónimos, que a diferencia de los pseudónimos, son personalidades poéticas completas, o sea: identidades que, en principio, son falsas, pero que se vuelven verdaderas a través de una manifestación artística propia, diferente al autor "original" o "primigenio".

A todos ellos los dotaba de vida, dándole una biografía distinta y una producción literaria propia, llegando a creer sus coetáneos que eran escritores "auténticos". Para complicar más las cosas, publicó también, con semi-heterónimos, autores no totalmente independientes de su personalidad, entre los más importantes: Pero Botlho, Antonio Mora, Vicente Guedes, Frederic Reis (hermano de Ricardo Reis), Barón de Teive… A veces, incluso, escribía con su propia personalidad, pero ocultándola, en algunos casos, con un seudónimo: Raphael Baldaya, Thomas Crosse, Adolf Moscow, Pantaleao, Maria Jose… Pessoa fue una figura enigmática que el paso del tiempo ha agrandado, estando considerado uno de los grandes escritores de la historia. Hay quien ha visto en esta multiplicidad del autor una expresión compleja, incluso enfermiza, de su idiosincrasia, lo cual es posible, pero de lo que no hay duda es que tenía una profunda imaginación y una creatividad desbordante, reflejada desde su niñez, ya que a su primer heterónimo (Cjevalier de Pas) lo creó con sólo seis años.

Siempre que nombro a un autor suelo acabar la columna poniendo algo de su producción literaria como un sencillo homenaje, en este caso, tendría que escoger entre casi treinta, lo que se traduce en una labor ingente; no obstante, os recomiendo para este caluroso verano que nos amenaza, el "Libro del desasosiego" de Bernardo Soares, lo cual no tiene la menor importancia, ya que estaremos leyendo al inmortal Pessoa en uno de sus geniales desdoblamientos. Destacar que murió en su Lisboa natal el 30 de noviembre de 1935. Vivió sólo 47 años. Gracias Nieves, por hacérnoslo recordar.