To navigate or not to navigate

To navigate or not to navigate

{mosimage}La frase no se me ha ocurrido a mí, sino a Fatema Mernissi (socióloga, historiadora, ensayista y profesora universitaria marroquí). En el siglo XXI, el “ser o no ser” ha mutado en “navegar o no navegar” y, por lo visto, esa es ahora  la cuestión. Expresiones como “inmigrantes digitales” para denominar a la generación que, como la mía, nos socializamos y aprendimos de manera tradicional (conociendo al vecindario, con libros de texto y enciclopedias), y “nativos digitales” a los que ya han nacido con un ratón en la mano (en lugar de un pan debajo del brazo y que hacen amistades y buscan la información por Internet), se añade la que comenta Mernissi de “nómadas digitales”, porque las Tecnologías de la Información y la Comunicación han provocado el rompimiento de las fronteras espaciales entre países, pero también entre lo público y lo privado.

A veces, para darnos cuenta de los cambios que se están produciendo sólo hay que mirar a nuestro alrededor y los ejemplos y las anécdotas surgen solos: “Mamá, ¿qué es una enciclopedia?”, pregunta mi hijo. Respuesta mía sin pensar: “Pues un Google en papel, en forma de libro”. En ese momento caí en la cuenta de que, aunque tenemos una enciclopedia en casa, casi no la utilizamos. Se la enseño y buscamos un país concreto como ejemplo de la información que se puede consultar. Al observar las páginas que le enseño,  exclama: “Pero en Google hay más cosa”. Sigo pensando en la situación y me cuesta entender cómo mi hijo de 6 años ya ha fabricado en su cerebro el concepto de lo que es Google, siendo tan abstracto, y  sin necesitar nada físico que lo avale… Y rizando el rizo, se me ocurre que mis padres saben lo que es una enciclopedia – costó un par de años pagar a plazos la Larousse que todavía está en su casa-, pero si les tuviera que explicar lo que es Google recurriría a explicárselo con las mismas palabras que a mi hijo, pero al revés: “Es una gran enciclopedia distribuida en muchos ordenadores del mundo”.

¡Si Shakespeare levantara la cabeza!
Carme Sánchez Martín
http://carmesanchez.blogspot.com