Lo que nos cuesta un buen rioja…
{mosimage}Y es que realmente no somos conscientes de ello, pero nos cuesta muchísimo y no me refiero al precio de la botella en sí misma, sino a la nueva campaña de la Generalitat, la cual va a subvencionar con descuentos de hasta un 20 % cerca de 300 productos catalanes que se venderán a través de la cadena de supermercados Caprabo.
Curioso método de intentar “dirigir” las compras y curioso sistema este, que discrimina al resto de cadenas de supermercados y a los pequeños comerciantes de Cataluña. ¿Existe una cadena oficial de supermercados? ¿Que méritos han cosechado “los elegidos” para beneficiarse de hasta ese 20% de subvención que se aplicará como descuento y que provendrá del dinero de todos?
El conseller de Agricultura, Alimentación y Acción Rural del gobierno catalán, Joaquím Llena, considera una situación «anormal» a superar que sólo una de cada cinco botellas de vino de las que se venden en Barcelona sean catalanas. Pero es que quizás al Sr. Llena se le escapa algo tan sencillo como que a mucha gente le gusta un buen Rioja, el vino de Jerez o un exquisito Rueda. ¿Se va a meter también la “catalanización” en esto?.
La medida no afecta sólo al vino también al chocolate, a la pasta, a los embutidos, en fin, a 300 alimentos de unas 40 familias de productos y sólo beneficia a un supermercado que, así probablemente, podrá incrementar sus ventas o al que consumiendo estos productos se le bonifique con un descuento a costa del dinero de todos.
Pues mire, Sr. Llena, el chocolate me gusta suizo; la pasta, italiana; las patatas, gallegas; el fuet, de Vic, y el jamón, de Jabugo… (pero indiscutiblemente acompañado de un buen pà amb tomaquet). Sr. Llena, cada vino es para una ocasión diferente e indiscutiblemente el vino catalán tiene sus buenas ocasiones para ser consumido, pero con esta medida usted ha conseguido que beber un buen rioja sea todo un ejercicio de libertad de elección, una libertad de elección por encima de estas “pasiones catalanistas” que se costean nuestros gobernantes a con el dinero de todos.
Pero si lo aquí expuesto grave es, el premio de este mes se lo daríamos a Ensenyament, ya que a través de Sara Burgos, una monitora de comedor del barrio de Sants, hemos podido conocer las graves presiones que se viven en el sector Enseñanza donde, como ella denuncia, la negativa a permitir el castellano en las escuelas está llegando incluso a la hora del patio. Esta monitora indica que, como monitora, se la aleccionaba en que «si un niño pide pan, agua o pis en castellano, hay que ignorarlo», curioso respeto de las libertades y del uso de la lengua materna y, lo más importante, curiosa “forma” de educar a nuestros hijos. Por esto y por cuestiones similares, el próximo día 28 de septiembre nos manifestaremos en favor del bilingüismo en la educación y exigiremos el cumplimiento de las últimas 4 sentencias del Tribunal Superior de Justicia que insta a la Generalitat a aplicarlo. El día 28 a las 11 h estaremos en Plaza Urquinaona de Barcelona. Seguro que al acabar lo celebramos con un buen rioja. ¿Te apuntas?