Memoria

Memoria

{mosimage}“Capacidad de recordar cosas pasadas”, eso es la memoria. Sin perdernos en las profundidades de la psicología cognitiva sobre la memoria humana y de otras disciplinas sobre la memoria colectiva, la histórica y la individual…, llevo una temporada escuchando y leyendo noticias y anécdotas personales sobre la memoria. Y, curiosamente, aunque de origen diferente, todas confluyen en un punto muy parecido: la  necesidad de una memoria -sea personal, familiar, colectiva,…- que conecte un pasado, a veces más cercano y otras más lejano, con un presente para construir una realidad que también puede ser personal, familiar o colectiva.

Hay personas que necesitan echar mano de la memoria para acabar de construir su propia personalidad: hijos adoptivos que buscan unos padres biológicos que les den contenido a unos recuerdos abstractos, segundas generaciones que buscan un hilo conductor entre la cultura de acogida y la de sus padres mediante el recuerdo de las experiencias vividas por otras personas. “Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos” (Jorge Luís Borges).

Hay familias tan huérfanas de esa memoria compartida que incluso reconstruyen situaciones traumáticas para poder armar un relato familiar único. “Lo que ocurre en el pasado vuelve a ser vivido en la memoria”  (John Dewey).

Hay pueblos, colectivos, o grupos sociales que recuperan imágenes, datos y experiencias que han sido olvidados a la fuerza o invisibilizados durante tiempo, para preservar una memoria histórica que no debería perderse sino conocerse. “La vida es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir” (Milan Kundera).

Pues intentemos entre todos y todas “curarnos” de la amnesia personal, familiar y colectiva sin miedo al tratamiento que utilicemos.