De nuevo, Joan
{mosimage}De nuevo en LA VOZ hablaremos de Joan Margarit. El poeta del que hace unos meses, mi amigo, compañero en las letras y vecino de sección Gerardo Guaza, os habló de él de una forma magistral. Y el motivo es que Joan Margarit ha vuelto a ser noticia, muy buena noticia, en el mundo de la poesía. A sus muchos premios: Nacional de la Generalitat, de la Crítica, Cavall Verd de la literatura catalana, el Rosalía de Castro del PEN gallego, etc., ha añadido hace unos días el Nacional de Literatura por su libro “Casa de Misericordia”.
Según palabras del poeta Enrique Badosa: “Cada una de estas distinciones ha venido a corroborar el que después de todo es lo máximo que puede lograr un poeta: que se le estime y lea más allá del restringido mundo de los lectores habituales de poesía. A Joan Margarit desde hace mucho tiempo y muchos libros suyos…, se le conoce y estima no sólo por la evidente gran calidad de su obra. También por cuanto consigue algo hoy poco frecuente en poesía: conmover.
A pesar de la calidad indudable, mucha de la lírica actual parece haber prescindido de la emoción que llevar al lector. No obstante la belleza conseguida, cierta frialdad planea en buenos poemarios. En Margarit no es así, lo cual no se debe sólo a la, digamos, temática de muchos de sus poemas, sino a la intensidad peculiar de quien es espléndido poeta elegiático”.
Pienso que Badosa ha puesto el dedo en la llaga de la moderna poesía, formalmente bien construida, pero fría, a la vez que certeramente destaca la característica esencial de la obra de Joan.
Joan Margarit nació en Sanaüja, en la comarca de la Segarra, durante la Guerra Civil española cuando el Frente de Aragón ya estaba cerca de aquellas tierras, hijo de Joan Margarit i Serradell, arquitecto, de Barcelona, y Trinitat Consarnau i Sabaté, maestra, de La Ametlla de Mar. En 1954 la familia se trasladó a las islas Canarias y desde 1956, Margarit pasa los cursos académicos en Barcelona para estudiar arquitectura, en el Colegio Mayor Sant Jordi, donde residirá hasta 1961. En 1962 conoce a Mariona Ribalta con quien se casó al año siguiente y con la que ha tenido tres hijas, Mònica, Anna y Joana y un hijo, Carles. Margarit se había dado a conocer como poeta en castellano en 1963. Después de un largo paréntesis de diez años, escribió “Crónica”, publicado por su amigo Joaquim Marco, director de la colección “Ocnos”, de Barral Editores. A partir de 1980, inició su obra poética en catalán. Desde 1975, Margarit y su familia viven en Sant Just Desvern, donde también tiene el estudio de arquitectura que comparte con Carles Buxadé, amigo y socio, desde 1980. Desde 1968, Margarit es catedrático, jubilado actualmente, de Cálculo de Estructuras de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona.
Y no podían faltar sus versos, breves, por problema de espacio: “Vas arribant a l'illa i ara saps / el que vol dir la vida, el que és l'atzar. / El teu arc serà pols damunt la lleixa. / Pols seran el teler i la seva peça”. (Ulisses en aigües d'Ítaca).