Exámenes en los niños

Exámenes en los niños

{mosimage}Se acercan los exámenes y, en algunos casos, la ansiedad y las preocupaciones. La reacción frente a éstos puede ser muy diversa, dependiendo de la personalidad de cada niño y de sus circunstancias.

Un examen supone una prueba frente a la cual el niño debe demostrar su capacidad, es decir, debe demostrar que es capaz de responder adecuadamente a los problemas y preguntas y debe poner en práctica su capacidad de razonamiento, de síntesis, de elaboración, su capacidad creativa, etcétera.

¿Por qué muchos niños se angustian ante los exámenes? Por diversos motivos, tales como el temor al fracaso (los niños temen ser castigados si suspenden), el temor a perder el amor del profesor o de los padres, el temor a ser ridiculizado en caso de suspender, experiencias desagradables previas, etcétera.

La actitud que muestren los padres hacia los exámenes y la propia capacidad del niño son factores muy importantes. Los padres deben transmitir confianza al niño, hacerle saber que puede superar los exámenes, ayudarle a realizar sus tareas con apoyo pero sin caer en el error del perfeccionismo y la sobreprotección, favoreciendo en todo lo posible su autonomía.

El diálogo con el niño es siempre un buen método para mejorar su autoestima y seguridad: es importante preguntarle al niño si está nervioso y, en caso afirmativo, tratar de saber por qué, ya que con ello favorecemos que el niño exprese sus temores y ansiedades, en lugar de reprimirlas y también favorecemos que tome conciencia de sus propias dificultades.

Además, el niño va a estar muy atento a todo lo que los padres digan verbalmente y a lo que hagan. No olvidemos que la información verbal y todo lo que el niño ve (la información visual) son fuentes importantísimas de aprendizaje.

Cómo los niños vayan enfrentando los primeros exámenes va a determinar, en gran parte, los posteriores exámenes que realice a lo largo de su vida, de ahí la importancia de trabajar desde pequeños para tener actitudes adecuadas frente a los mismos.

Es importante tener en cuenta que un examen se supera mejor en la medida en que el niño estudie, se prepare, se interese, no tenga ansiedad y temores excesivos, etcétera.

Son síntomas de temores excesivos los temblores, la aceleración de la tasa cardíaca y respiratoria, las náuseas, los vómitos, la negativa continuada a realizar exámenes, etcétera.

Si el niño desarrolla un temor excesivo a los exámenes, tareas escolares, pruebas o situaciones similares es necesaria la intervención de un psicólogo que ayude a orientar y solucionar el sufrimiento asociado, en todo lo posible, mejorando la seguridad del niño y potenciando sus capacidades y habilidades personales.

Víctor Hernández
ISEP Clínic Castelldefels
clinic.castelldefels@isepclinic.es