Alimentos & Ansiedad, un binomio perfecto… para engordar

Alimentos & Ansiedad, un binomio perfecto… para engordar

{mosimage}Ya es principio de año y todos revisamos qué nuevos propósitos nos fijamos para el año que acabamos de empezar; uno de los grandes objetivos para muchos y muchas sería el de iniciar unan nueva dieta que fuera efectiva, dieta que acostumbra a ir vinculada al realizar ejercicio  físico haciendo deporte. Pero frente a este gran objetivo, bastante común, a veces descuidamos otros factores que pueden estar influyendo en mantener nuestro peso en unos cuantos kilos por encima de lo que desearíamos.

Es decir, el aumento de peso o sobrepeso, en un gran número de ocasiones está vinculado a una sintomatología emocional. Es entonces cuando el comer no cumple una función alimenticia, sino que se convierte en un intento de calmar la propia ansiedad. Casi siempre un intento frustrado, ya que nunca acaba de cumplir su objetivo de manera eficaz. En realidad, es un intento que podríamos calificar de efectivo, ya que produce un bienestar puntual, bienestar en el acto mismo de comer,  pero es tan y tan efímero dicho bienestar que acaba no compensando a la persona víctima de la situación y produciéndole, al fin, un malestar mayor que el inicial, por tanto una mayor angustia.

Aparece aquí un circuito cerrado, que es peligroso para la salud física y psíquica… diríamos que peligroso, sobre todo, porque dicho circuito cerrado se irá amplificando progresivamente, hasta configurarse en un síntoma de nuestro malestar, sobre el cual acabaremos perdiendo el control.

El problema de concepto aparece al darnos cuenta de que esto que relato le pasa al que más y al que menos, es decir, que es algo común a muchas personas, tan común como la ansiedad en sí misma… nos tranquilizamos y, por tanto, nos despreocupamos. ¡¡Parece que si el problema le pasa a más gente adquiere la etiqueta de normal!!

Cuando una persona descubre que sus excesos con la comida reflejan un desarreglo psicológico, ya que intentan calmar una cantidad de ansiedad, es cuando uno puede tomar conciencia de que las cosas no van de la manera adecuada. Al reflexionar, observamos que el problema NUNCA fue la comida SINO la ansiedad que generamos y que nos impulsó a comerla. 

Imaginando una situación hipotética,  si desapareciera la comida, no desaparecería el problema. Por ello, debemos poner la energía en canalizar la ansiedad de otra manera, pero siempre sin menospreciarla, ya que su fuerza es poderosa y  puede ser capaz de instalarse en el día a día de una persona, angustiándola de tal manera, que le produzca una sensación de descontrol sobre la propia vida.

Manejar la ansiedad SÍ es posible, pero teniendo conciencia de cómo funciona dicho círculo ansioso y de lo potente que puede llegar a ser. Es entonces cuando manejaremos  ese binomio del que hablábamos y podremos producir una variación definitiva que nos llevará a ser agentes de nuestro propio cambio personal.

Mónica Dosil
Psicóloga
ISEP clinic castelldefels
clinic.castelldefels@isepclinic.es