Panorama Económico
{mosimage}Un 2009 lleno de interrogantes… ¿y las respuestas?
El comienzo del año en el campo macroeconómico sólo ha servido para consolidar las tendencias arrastradas, desde un final 2008 poco optimista. El FMI para el 2010 estima una posible recuperación para todo el mundo hasta el 3%, siempre y cuando la economía estadounidense se recupere con cierta intensidad.
¿Qué debería suceder para que la situación económica cambiara a mejor en 2009?
Se podrá poner un final a la fase recesiva si se logra que la demanda agregada se recupere. Por esto, se ponen en marcha políticas monetarias laxas y un aumento del gasto público. En mi opinión, estas medidas van a tardar en hacer efecto sobre la economía real. No obstante, pensamos que, de cara al final de 2009, empezarán a observarse en EEUU los primeros síntomas de recuperación económica, que deberían servir para poner un suelo a la situación.
¿Por qué se le tiene tanto miedo a una deflación duradera?
La deflación implica que las bajadas de los precios de bienes y servicios se incorporan a las expectativas de los agentes. Estos tienen incentivo a retrasar su consumo, con el consiguiente impacto negativo sobre la demanda. Si disminuyen los precios, aumenta la carga de la deuda en términos agregados y reales. Y si además a esto le añadimos una situación de recesión, se produce una disminución de la renta agregada disponible. Por tanto, hay que combatir la deflación, como así están haciendo bancos y gobiernos.
¿Habrá países que queden al margen de esta situación complicada?
No, ya que la situación de ralentización económica se sigue extendiendo de forma rápida. Además, los países emergentes, que se alimentan de la demanda exterior, están viendo cómo sus exportaciones están disminuyendo.
Errores que convendría evitar a la hora de buscar soluciones
En mi opinión, convendría evitar incurrir en medidas proteccionistas. Es conocido que los intercambios comerciales acompañan a las épocas de prosperidad, y que el bienestar de cada uno de ellos aumenta cuando emplean sus recursos en producir aquellos bienes y servicios en los cuales tienen ventaja comparativa. Por tanto, deberíamos evitar las protestas xenófobas de trabajadores británicos que se oponen a que la mano de obra procedente de otros países europeos pueda desarrollar su trabajo en Gran Bretaña, o también la incorporación al Plan Obama de aspectos que priman el “Made in USA”.
Guiomar Llorià
Agente Bankinter – Castelledefels