Yes, we can

Yes, we can

{mosimage}Ya sé que llego tarde a la moda contemporánea de citar a Barack Obama  y a su famoso lema de campaña. Pero es que realmente creo que podemos… Podemos sentirnos orgullosos de ser y de estar en Castelldefels. ¿Por qué no? También podemos creer que el futuro va a ser esperanzador y que entre todos podemos derrotar el pesimismo que lleva consigo esta dichosa crisis económica. A eso creo que también llegamos. Y podemos ilusionarnos con nuestro equipo de fútbol, y no necesariamente tiene que ser el Barça extraterrestre de Pep Guardiola; también podemos crearnos esa ilusión con la U.E.Castelldefels, en su lucha por ascender a Tercera División.

 Juntos además también “we can” creer –si me permiten la licencia- en un mundo mejor, más justo, más igualitario, más sano, más sincero, más de verdad. En Castelldefels incluso podemos llegar a pensar que los proyectos se acabarán algún día, que las obras nos dejarán un horizonte despejado de problemas de accesibilidad y dificultades de movilidad. Podemos imaginar juntos un castillo completamente reformado y acorde con el valor histórico y cultural que se merece. Estamos en ello, poco a poco se está consiguiendo. En este 2009, cuando esté completando las últimas hojas del calendario, quiero creer que mis pasos me llevarán por los pasillos recién estrenados del nuevo Teatro Municipal de Castelldefels. Con eso también nos podemos ilusionar.

Si no creamos un caudal de buenos sentimientos a nuestro alrededor, el futuro no será muy esperanzador. Por este motivo creo que podemos querer todavía más si cabe a las personas de nuestro entorno, y si además se lo demostramos, pues mejor que mejor. Podemos dejar de desconfiar del extraño que nos aborda en la calle para pedirnos la hora. Podemos ver con la mirada limpia al vecino que siempre vestimos de hombre huraño y encabronado. Hasta podemos trasladar esa visión amable del mundo a nuestro lenguaje, a nuestro modo de hablar y de dirigirnos a los demás. Con esa predisposición positiva incluso podemos vencer las dificultades propias de las barreras idiomáticas y culturales.

A este paso, y sin dejar de ver realizado en nuestro interior lo que fuera de él todavía no existe, hasta podemos vernos paseando este próximo verano por el nuevo Paseo Marítimo de Castelldefels.  Y podemos seguir disfrutando de las nuevas arterias de una ciudad que cada día está más viva, y que lucha por crecer con criterios de sostenibilidad, manteniendo y mejorando su calidad de vida. La nueva guardería municipal, el tercer ambulatorio, el carril bici que recorra toda la ciudad, la nueva escuela Josep Guinovart. En todos estos proyectos podemos volcar nuestras esperanzas para un mañana mejor. Para que nuestros hijos puedan seguir disfrutando de la ciudad que les ha visto nacer. Y todos estos sueños de futuro no dependen directamente del hombre más poderoso del mundo. No va a ser Barack Obama quien venga aquí, a orillas del Mediterráneo, a ponerse manos a la obra. Todos estos trazos de esperanza futura dependen de nuestros responsables políticos, y en el fondo, también de todos y cada uno de nosotros, los ciudadanos que decidimos qué camino deben seguir aquellos que dirigen  nuestros destinos.