Abstención militante
{mosimage}En las pasadas elecciones al Parlamento europeo ganó la abstención, no sólo en España, sino en otros muchos países. Parece ser que la mayoría de los que no fueron a votar eran jóvenes. Los argumentos que exhibieron son parecidos: todos dicen lo mismo, “es que no me han explicado nada; da igual votar a unos que a otros, total, no sirve para nada”; y una que oí en esta ocasión por primera vez: “el día que no vaya nadie a votar los políticos se van a enterar”.
Cuando un país está instalado en la democracia se tiende a pensar que la situación es eterna: no cabe un paso atrás, es impensable hacerla desaparecer, y tanto dan nuestros actos a título individual porque nada cambia. Pero sí ocurren cosas cuando nos abstenemos: puede ganar el partido que menos nos gusta, ayuda a crecer opciones mermantes de la libertad individual y colectiva: fascistas, xenófobos y otras especies. El avance de la extrema derecha en algunos países europeos es buena prueba de ello.
¿Están o no enterados los políticos de que algo no funciona? Creo que sí, saben qué pasa y son conscientes de la necesidad de mejorar la comunicación con los jóvenes. Esta sería una cuestión importante, pero no la fundamental ni única. Hay abstencionistas militantes que no pierden la oportunidad de pregonar las maldades del sistema. Contra esos agoreros hay que utilizar la militancia contraria, hay que convencer a los más jóvenes de que votar es fundamental porque de esta manera elegimos el destino que queremos como individuos y como país. Las libertades hay que preservarlas día a día, forman parte de nuestros derechos. El voto no sólo es un derecho, debería ser una obligación, moral, claro está.
África Lorente Castillo
www.africalorentecastillo.blogspot.com