El Día del Emprendedor

El Día del Emprendedor

{mosimage}Las jornadas del Día del Emprendedor que se han realizado en más de 40 ciudades a lo largo de todo el Estado, durante el mes de mayo, han tenido récord de participación. No es de extrañar que esta iniciativa del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio se haya convertido en el gran foro de los emprendedores españoles. En más de mil sesiones se ha difundido el espíritu empresarial y ayudado a la creación de compañías, compartiendo conocimientos, intercambiado experiencias, establecido relaciones de negocio e, incluso, incentivando a  descubrir nuevas oportunidades de negocio.
Sin duda alguna, este éxito está estrechamente relacionado con el periodo de crisis que estamos atravesando, que apuesta por fomentar la iniciativa emprendedora como una de las soluciones más importantes para vencer la crisis. Aunque solemos priorizar los trabajos estables y seguros, está comprobado que la creación de nuevas empresas es uno de los motores fundamentales del desarrollo económico.

Ante la falta de empleo, en estos momentos, numerosas personas están pensando en crear su propio negocio. Muchos se entusiasman y se motivan por ser independientes, no tener jefes, ser el amo, no cumplir horarios…, y un sinfín de particularidades  positivas que tiene ser empresario. Sin embargo, no tienen que olvidar que la tasa de superviviencia de pequeños negocios y micropymes es muy baja.

Aunque pueda parecer una salida ante la falta de opciones, la pregunta crucial es: ¿Quién es un emprendedor? Definiéndolo de una forma sencilla: es una persona que detecta una oportunidad y crea una empresa para aprovecharla.
Existen muchos recursos que las administraciones locales, autonómicas y centrales ponen a disposición de los emprendedores que son menos aprovechadas de lo que se podría esperar. Por ejemplo, se incentiva montar sociedades capitalizando toda la prestación de desempleo de una sola vez.

Para la gran mayoría de emprendedores consolidados el dinero no es la meta principal, sino una consecuencia del trabajo bien hecho. La mayor motivación del buen empresario es la satisfacción de transformar sus ideas en éxitos aportando soluciones prácticas a los problemas de los demás. Generan una idea adecuada y creativa para un segmento de consumidores. Se dedican, implican y, sobre todo, consiguen lo que se proponen. Todas las personas nos dedicamos a soñar pero el emprendedor pone pasión en hacer, hacer y hacer.

Ahora bien, lo más importante para tener éxito es, además de tener un espíritu emprendedor y un método de trabajo exhaustivo, saber detectar una oportunidad. Aunque no es nada fácil, les animo a buscar oportunidades en este mercado agitado antes de querer ser emprendedor.