Nuestras hijas de regreso a casa

Nuestras hijas de regreso a casa

{mosimage}El pasado 8 de mayo de 2009, se celebró, como todos los lectores de LA VOZ saben, ya que fue profusamente recogido por este periódico, el fallo de los “Premis Ciutat de Castelldefels 2009, en la sala magna del castillo de nuestra ciudad, uno de los premios, el “Premi Especial Ciutat de Castelldefels” recayó en Manuela Ortiz y Norma Andrade, fundadoras del la organización “Nuestras hijas de regreso a casa de Ciudad de Juárez” (NHRC). Estas, debido al problema sanitario que existía en Méjico en aquellos momentos debido a la pandemia de gripe que han dado en llamar A-H1N1, no pudieron asistir a la ceremonia central, quedando esta pospuesta para el día 10 de julio en  un acto celebrado en el Salón de Plenos de nuestro Ayuntamiento.

En Ciudad de Juárez desaparecen cada año decenas de chicas. Las víctimas suelen ser mujeres jóvenes de origen humilde, las cuales son raptadas y sometidas a violencia sexual antes de ser asesinadas, cadáveres que son descubiertos días después. Muchas de ellas jamás son encontradas, viviendo sus familiares la angustia de desconocer su paradero. Mejor que contaros yo desde la distancia tal horror y cómo nació esta organización, prefiero darle la voz a las fundadoras de NHRC, Manuela y Norma: “Las familias que participamos en este movimiento hemos convertido en fuerza nuestro dolor. Después de enfrentarnos, además del brutal asesinato de nuestras hijas, a la ineptitud, intransigencia, encubrimiento, corrupción, a la más indiferente actitud de funcionarios y autoridades. Nos resulta complicado expresar con palabras el dolor desgarrador de saber asesinadas en tales circunstancias a nuestras jóvenes hijas, en un inmenso sufrimiento que no se extingue, y no podemos evitar las lágrimas cada vez que pensamos en ellas o miramos sus objetos personales y sus fotos. Nos angustia y crece nuestro suplicio al imaginar cómo pudieron ser los últimos momentos de nuestras hijas asesinadas a base de torturas y vivimos sin vivir…  Mantenemos la esperanza de que algún día la justicia para la desaparición y muerte prematura de nuestras hijas sea posible, ya que sería la única forma de recuperar nuestra propia vida. Solidaridad para quienes, sin ser nuestras compañeras, comparten ahora mismo la pena de haberles arrancado un pedazo de su vida”.

Para acabar, os transcribo un poema publicado en nuestro libro “EL LABERINTO DE ARIADNA  10 años de poesía – 10 anys de poesia”, Emboscall Editors, Vic 2008, de nuestra compañera y amiga Rosa Bruch Subirats, dedicado al tema en cuestión:

NO HAY CALLE QUE LLEVE TU NOMBRE
y no habitas ciudades
ni un millón de pueblos,
sólo caminos abandonados.
Polvareda sucia entre borrados y
sangrientos trapos,
por pulcras alimañas en el aullido del muro
de los cuernos de la luna.
Este canto es para ti,
que dibujarías, si pudieras,
el infierno con cara humana y risa de hoz,
sin atreverte a ponerle palabras
por miedo a morir nuevamente.
Tú, que llevas el nombre de mujer
como herida abierta, condena
para el resto de los días y de los hombres:
Ciudad Juárez, Chihuahua, Oxaca… 
¿En nombre de qué?, ¿en nombre de quién?, 
¿de qué barbarie…?. 
Este canto es para ti
y hierve de frío, y hiela la mano
de la que intitula
porque tiemblan los rostros,
miles,
en penumbras de tez morena y clara
y acaricia el largo pelo arrastrado
por el pico del cerro, sin poder siquiera rozarlo.
En tierra baldía, manchan de rojo asesino
el muro del grito impronunciado:
sin perdón y para siempre…
(De Muros y silencios)