Tocado y… ¿hundido?

Tocado y… ¿hundido?

{mosimage}Que la Ley de Educación de Cataluña haya sido aprobada pese a la oposición de sindicatos y de colectivos de profesores no es sino un fracaso que afecta a toda la  sociedad y, por ende, dada la naturaleza de la ley aprobada,  afectará a la futura sociedad catalana y la calidad de su formación a todos los niveles.

Habiendo provocado ya en su periodo de tramitación la convocatoria de 4  de huelgas del profesorado, no debería haberse aprobado careciendo del consenso mínimo necesario entre los entes implicados.

Y de esta ley que crea y potencia las desigualdades con otros territorios del resto del España y, según  sindicatos y profesores, supone un paso hacia la privatización de la escuela pública, cabría destacar una cuestión: Una vez más supone un grave batacazo a los derechos básicos de aquellos ciudadanos que hubieran optado por una educación en castellano para sus hijos.   

Pese a que el modelo lingüístico propuesto por la LEC  ya se haya descartado en otras comunidades, como Galicia o el País Vasco, y contradiga las recomendaciones del Parlamento Europeo y de otros organismos internacionales como la UNESCO,  en Cataluña se ha decidido que este sea el modelo lingüístico que rija nuestro sistema educacional.

A través de la LEC quedará sin efecto el decreto estatal que preveía la tercera hora de castellano.  Se ignoran los derechos más básicos de una parte de la población a la que se le niega su derecho a elegir la lengua en la que quieren que sean educados sus hijos.  Una vez más, y vuelve a ocurrir en Cataluña,  las leyes aprobadas por el Parlamento catalán chocan con nuestros derechos constitucionales. Quince entidades cívicas han pedido al Defensor del Pueblo que dicha ley sea recurrida al tribunal constitucional. 

En cualquier caso, ante una ley con tantos puntos oscuros, con la falta de aceptación de  los propios docentes y sindicatos y que, una vez más, merma los derechos de una parte de la ciudadanía, no puedo sino considerar que el funcionamiento del sistema educativo está como mínimo “tocado” en su línea de flotación,  esperemos que nunca llegue eso de “hundido”.