Óscar Palop
{mosimage}Compartir una tarde de este otoño tan extrañamente cálido con Óscar Palop, puede ser todo un privilegio. Aún quedan en nuestra ciudad, ruidosa y superpoblada, rincones tranquilos en los que puedes hablar de cosas triviales, dejar pasar plácidamente el tiempo y compartir un café. Pero mi cita con Óscar es para comentar su primera novela y para conocer su impresión de este espacio común, en el que, a veces, sobrevivimos, que se llama Castelldefels.
Óscar nació en Barcelona en 1958 y hace 22 años que vive aquí, pero su vinculación con nuestra ciudad le viene de lejos ya que, aparte de escritor y pintor, es músico y solía venir en su juventud con su grupo a tocar en locales de nuestra playa. Aquí conoció a su esposa, Esther. Actualmente, tiene su propia empresa radicada en Sant Boi dedicada al diseño, fabricación y comercialización de sistemas electrostáticos para la aplicación de pinturas. Nada que ver, como podéis observar, con sus aficiones, pero según sus propias palabras, le gusta lo que hace y, además, sigue una tradición familiar de más de 40 años.
{mosimage}NURA (Editorial RiE, Valencia, 2009), es el nombre su novela, la cual podéis encontrar en la librería Canillo de la Avenida Constitución. Esta comienza: “En el interior de las cuevas de Nerja, los visitantes se amontonaban en la balconada de la sala de la Cascada para poder admirar una de las más bellas obras creadas por la naturaleza y observar la sala del Cataclismo. Un visitante que había descendido hasta la sala de los Fantasmas, gritaba desesperadamente solicitando ayuda. El suelo se abría formando un pozo oval con escaleras irregulares en su lateral del cual emanaba una luz blanca que arrastraba el cuerpo hacia su abismo”. En una ocasión mi admirado amigo y escritor, recientemente fallecido, Antonio Rabinad, me dijo que el comienzo de una novela es esencial para atrapar al lector. No hay duda de que leyendo estos párrafos de la novela de Óscar, ésta nos apresa y anima a introducirnos, con placer, en sus páginas.
Pero aunque nuestro autor cite a Nerja al principio de la narración, la historia está ambientada en Menorca, tierra querida por él, ya que desde niño va con frecuencia al ser su madrina de esta isla. También ha querido situar la temática en esta tierra, que considera privilegiada y, en cierto modo, como agradecimiento a sus habitantes. La historia parte de una leyenda, pero el autor la transforma y crea una narración de misterio en donde expone su ideología oriental “enfrentada” a convicciones católicas, aunque con el ánimo, según afirma, de agrupar, más que de oponer conceptos o creencias. No puedo por menos que reproducir parte de la sinopsis de la novela: “La aparición de una cruz invertida en la puerta del antiguo Palacete del Duque Ernest de Forcal, ubicado en Ciudadela y los restos de una cruz celtíbera junto a dos misterios mensajes, en el estudio que el teólogo francés Vicent Diloy dispone en el Museo de Menorca, inducen a éste a solicitar la ayuda de su entrañable amigo, el Profesor Hugo Cortina. La creencia de este profesor, en la inexistencia de algo más allá de la muerte es pieza clave para el profesor Diloy, quien no duda en vincular la aparición de la cruz invertida y los mensajes con el pasado del Duque, quien tras ingresar en un monasterio y tras la misteriosa muerte de su esposa, al parecer hechizada por una bruja, acabó por suicidarse a los pocos años tras un periodo de extrema locura”. Intencionadamente no cuento más, pienso que lo mejor es introducirse en la novela y opinar.
Como dice acertadamente, M. P. Benavent en la contraportada del libro: “El nacimiento de un escritor, un nuevo autor, que viene a demostrarnos con su obra ‘Nura’, que no hace falta ir a lejanos países para adentrarse en el misterio y la intriga de leyendas centenarias que todavía cuentan los ancianos del lugar”. Y prosigue: “La novela nos transporta, en perfecta combinación de sucesos, en un viaje mental desde la época actual hasta el siglo XVII, en un crimen de extraños ribetes desencadena consecuencias que llegan hasta nuestros días”. Para añadir: “Mediante una prosa ágil y sencilla, de cómoda lectura, Óscar Palop mantiene el interés del lector desde el inicio de su obra”.
La tarde va languideciendo poco a poco, pero todavía queda tiempo para ciertas complicidades y confidencias entre Óscar y yo. Me dice que le ha sido muy penoso editar la novela. Nada raro en estos tiempos de una sociedad desculturizada en donde prima el amiguismo y el famoseo. O como diría el periodista Ferran Monegal: “el petardeo”. Me cuenta Óscar que, a pesar de sus cuitas, está trabajando en dos nuevos libros, uno de ellos con los mismos personajes principales de NURA y el otro será una crítica social. También le duele, nos duele, la falta de equipamientos culturales en Castelldefels, su urbanismo desaforado y mal estructurado. La falta de vida nocturna en el pueblo, la escasez de aparcamientos que hace que repercuta en poca vida para los restaurantes y comercios. Le preocupa, cómo no, el paro, que deteriora la convivencia y termina produciendo violencia. La falta de salida para la juventud.
Pero Óscar también es optimista y sabe que el bienestar está, a veces, en convivir en armonía con las personas que nos rodean y nos aman. Para eso hay que estar predispuesto a no creer que nos van a ocurrir acontecimientos extraordinarios, sino a valorar las pequeñas cosas, a saborear los detalles nimios, los fugaces momentos de cordura y amistad que, a veces, llegan y se nos van, como esta tarde, como agua entre los dedos.
Felipe Sérvulo
fservulo@hotmail.com