Alí-Babá y los 800 imputados…

Alí-Babá y los 800 imputados…

{mosimage}Y es que este mes hemos llegado ya a la nada honrosa cifra de más de 800 imputados por cargos de corrupción en medio centenar de ayuntamientos. Y mientras escribo estás líneas, me llegan noticias de que la cifra sigue aumentando y la policía acaba de intervenir en otro de ellos. Ya ni ganas tengo de nombrarlos a titulo particular, sino que me referiré a ellos en general, porque ha resultado que estas “curiosas” pero nada honradas formas de gestionar un ayuntamiento, se han repetido a lo ancho y largo de todo el territorio, y han afectado a casi todos los partidos políticos. Así que para no entrar en la dinámica de cual de los implicados ha “desviado” más fondos, ni cual de los partidos lidera el ranking de mayor número de “honorables” representante implicados, prefiero referirme a la problemática de forma general y alejarme de sus particularidades. Y es que ante tal avalancha de “honradez” cabe preguntarse si es tan imperfecto el sistema como parece, o si lo que pasa es que los controles, pese a existir, no se ejercen ¿Dónde está el secreto de que tengamos tantos “imputados” que ni el mismo Alí-Babá sería capaz de albergarlos en su gran cueva?

Porque si algo ha dejado clara la ola de corruptelas varias que han aflorado, es que todos los corruptos se han movido con total impunidad durante muchos años. Una impunidad realmente vergonzosa. Así que sin más dilación es imprescindible que se creen y apliquen las medidas oportunas que protejan a todos los ciudadanos del complejo sistema de rapiña al que algunos políticos han sometido al patrimonio público durante años. Y más allá de las medidas legislativas aplicables existe, bajo mi punto de vista, la imprescindible participación del ciudadano, directamente, en todo este necesario sistema de control. Porque cuando un alcalde en cualquier municipio realiza actuaciones “curiosas”, somos testigos todos los ciudadanos y somos los primeros que deberíamos impedirle que las repita, negándole, por ello, nuestro voto. No podemos abstraernos del necesario e imprescindible control que los partidos deberían ejercer sobre las “curiosas” actuaciones o el enriquecimiento de sus representantes, ni de la responsabilidad de todos y cada uno de los funcionarios que pueden ser testigos de lo que se está realizando.

¿Alguna vez se han parado a pensar cuantas becas de estudio o de comedor pueden llegar a costearse con lo “desviado” en cualquiera de los municipios afectados? ¿Cuánto bienestar se nos está robando?

Y es que entre las corrupciones ilegales y los derroches legales que malgastan el dinero el contribuyente en el pago de absurdos informes… apañados estamos. Solo los ciudadanos, con nuestro voto, podemos exigir, controlar y depurar y deberá ser el ciudadano, aumentando su nivel de exigencia a los partidos políticos, quien finalmente ponga orden en todo esta insoportable y vergonzosa situación.