Hacia dónde ir
{mosimage}En el tramo final del ejercicio es hora de hacer balance. Con el cambio de año toca repasar lo vivido y dibujar en un folio en blanco el anhelo futuro. Hace ahora exactamente 365 días tenía una fotografía entre manos. Las obras de acondicionamiento de servicios básicos en el barrio de Montemar no habían hecho más que comenzar. Entonces el deseo era que las molestias fueran mínimas y las ventajas de la obra acabada alcanzaran niveles máximos. Por pedir… En estos meses esa gigantesca reestructuración urbana ha avanzado notablemente, pero las incomodidades derivadas de unas obras han crecido exponencialmente por otros flancos de Castelldefels. Los cascos, las vallas, las zanjas, los ruidos nos tienen acorralados desde la primavera pasada y la perspectiva futura no dibuja un escenario muy lejano al actual. El Plan E nos hace pagar ese peaje, igual que sucede en el resto del país. Tendremos que seguir pacientemente desde el otro lado de la valla.
Hace un año el termómetro ciudadano también hacía saltar las alarmas en otros aspectos reseñables. El tráfico por algunas de las arterias de la ciudad sigue siendo abotargado, ruidoso y estresante. Entre la planificación pública y la responsabilidad individual de todos los vecinos, las culpas creo yo que se distribuyen a parten iguales. El futuro comercial de Castelldefels también sigue siendo una gran incógnita. Los pequeños comerciantes locales han sufrido el agotamiento del ciclo económico, muchos han ido a la deriva y otros consiguen resistir con solvencia. El sector de la restauración en este sentido sigue siendo quizá nuestro punto fuerte. Y novedades como la ampliación de varios puntos de aparcamiento gratuito y al aire libre en la zona centro ayudarán mucho a la dinamización económica de la ciudad; al margen, claro está, del mastodonte comercial de L’Ànec Blau.
Este 2009 que ahora despedimos también nos ha dejado un buen sabor de boca y un motivo de orgullo ciudadano con la inauguración del nuevo Teatro Plaza. El pasado mes de noviembre abría sus puertas tras años de muchos sueños y poca realidad palpable. Ahora, por fin, ya tenemos una muestra más de cómo desde la Administración se puede generar un sentimiento de orgullo ciudadano. Esta infraestructura cultural viene a solventar una enorme carencia que nos lastraba como población desde hacía muchos años. La futura biblioteca, en el emplazamiento de la vieja pista polideportiva y la sala Margarida Xirgu, completará esta necesaria renovación cultural de Castelldefels.
En el debe de nuestros servidores públicos, de diferentes ámbitos, cabe anotar todavía algunos deberes por hacer. Las familias que conforman la comunidad educativa del CEIP Josep Guinovart siguen reclamando, ahora ya a voces, un nuevo edificio que dote a sus alumnos de todas las herramientas necesarias para que la actividad cotidiana en dicho centro sea equiparable a la del resto de centros escolares de Castelldefels. A diario hay niños que tienen que abandonar un edificio y caminar por la calle, por la vía pública, para recibir determinadas clases o para acudir al comedor del propio centro. La ejecución de las obras de construcción del nuevo edificio, en Ca n’Aymeric, arrastran un retraso de dos años largos desde que las promesas llegaron a oídos de esas familias.
¿Hacia dónde vamos como ciudad…? No resulta fácil adivinar qué nos depara el futuro, pero igual sí que nos puede ayudar el realizar un análisis del pasado, repasar de dónde venimos. La experiencia posiblemente nos ayude a crecer en 2010.