Internet
{mosimage}A veces uno lee cosas que no sabe si realmente son ciertas ni quien las ha escrito. Lo habitual es que el autor esté poco o mal informado y aproveche la ocasión para jugar contigo, sencilla y llanamente, sin más elucubraciones al respecto. Por ejemplo, yo desconocía del todo que la distancia que nos separa del sol es exactamente la altura de la pirámide de Keops multiplicada por mil millones de kilómetros. A mí no me obsesiona casi nada este dato pero sí la curiosidad de entender, varios siglos antes de Cristo, que el constructor del monumento le hubiese colocado precisamente esta altura. Y pienso que, a veces, el problema es de precipitación porque si hubiésemos sabido esperar no habríamos tardado tanto
tiempo en descubrir en el siglo XX, un dato que ya era evidente en el Egipto de los faraones. Conocía yo un individuo que también renegaba de la impaciencia de Cristóbal Colón para descubrir América. Decía que, con menos prisa, hoy habría conocido a los americanos (no sé si indios o no) sin moverse de Barcelona o Madrid o incluso Castelldefels.
Y volviendo al principio de la columna se pueden conocer “curiosidades de todo tipo” con sólo pulsar esa mágica tecla de cualquier ordenador para enterarse de cosas imprevisibles. Creo que a esta manipulación se le llama Internet; y de esta suerte se puede entender mi carencia de habilidad informática. Pero con dicha técnica he podido descubrir que los osos polares son todos zurdos, que las estrellas de mar carecen de cerebro (y a veces es una suerte), que llamarse Pepe es la lógica consecuencia de que en los escritos bíblicos a San José se la ha descrito como Padre Putativo (P.P.); y que la gripe y los resfriados tienen la gran ventaja de obligar a tener los ojos bien cerrados para la práctica del estornudo. Y tener los ojos cerrados no siempre es una mala cosa.
Y voy a terminar con tres apuntes eróticos que yo ignoraba. ¿Sabían ustedes que los cerdos pueden mantener un orgasmo durante treinta minutos? Y que sólo el ser humano y los delfines practican el sexo por mero placer sin una justificación reproductora necesaria. El remate final es además feminista: Hay un insecto, la Amantis Religiosa que, para poder ser fecundada, la hembra tiene que cortarle la cabeza al macho (pero sólo la cabeza) en la que será su única relación vital ¡Qué Pena!
El 23 de abril, Día del Libro, es el aniversario de la muerte de Cervantes y Shakespeare y entonces es fácil deducir lo interesante que resulta aprovechar este día para regalar un buen libro a un ser querido y obligarle a leer. Se aprende mucho leyendo, os lo aseguro. También con Internet, sin duda.
O así me lo parece