Una herida mal cicatrizada

Una herida mal cicatrizada

{mosimage}Permitidme que en esta ocasión, abandone mis comentarios sobre libros, exposiciones o conferencias. Por una vez, voy hacerlo.

Hoy voy hacer una reflexión histórica, tal vez política, sensibilizado por las fechas que se aproximan, las cuales todos celebramos a pesar de no ser, algunos de nosotros, entre los que me cuento, muy religiosos. Y es que las religiones tienen, también, una vertiente cultural que no conviene obviar porque forma parte de nuestra civilización. Valga también esto al albur de la estéril polémica sobre los escasos crucifijos que deben de quedar en algunas escuelas. Hay otras cuestiones más acuciantes que están en la mente de todos nosotros y parece que la clase política pasa como “disimulando” por ellas y crea problemas artificiales para distraernos. También llama la atención que la iniciativa parta de un partido (ERC) que reniega de ser español (está en su derecho), pero que, a pesar de ello, intenta pactar leyes que tienen efecto en todo el Estado. Que no se molesten, por favor, por estas cosas que nos interesan más bien poco e intenten arreglarnos tantos problemas graves como tenemos en Cataluña, máxime ahora que están en el gobierno y tienen poder para hacerlo.

Divago: no iba hablaros de crucifijos. De quien realmente quiero hacer la reflexión es de la líder saharaui Aminetu Haidar, la cual, a la hora de elaborar esta columna permanece en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote. Una serie de despropósitos, por ejemplo: dejarla entrar en España sin pasaporte cuando era expulsada irregularmente por Marruecos, han propiciado la situación.

Los que ya tenemos cierta edad y memoria histórica, no podemos olvidar que los habitantes del Sáhara Occidental, eran tan ciudadanos españoles como los de Burgos, por poner un ejemplo. En una acción vergonzante de nuestros gobernantes entre 1975 y 1976 los abandonaron dejándolos en manos de Marruecos y Mauritaria. Jamás los saharauis aceptaron tal situación, lo que les ha hecho estar en permanente conflicto con sus nuevos colonizadores: el gobierno de Rabat, ya que Mauritania fue paulatinamente abandonando la parte que le correspondió y en 1979 Marruecos se anexionó la totalidad del territorio.

Aminetu Haidar, regresa como esas heridas mal cicatrizadas que vuelven a sangrar y nos recuerdan como un aldabonazo, el error histórico y mal resuelto por gobernantes indignos. Con su fragilidad y con su decencia, nos dice que prefiere morir antes de plegarse a las complicidades de los Estados. Ella sueña con la República Árabe Saharaui Democrática.

Mientras, nuestra sociedad, a pesar de la crisis, se prepara en las próximas navidades para consumir desaforadamente. Hay costumbres que nos la da el aspecto cultural de la religión. Otras consideraciones y más si están lejanas, suelen tenernos sin cuidado. Por eso o a pesar de eso, yo os deseo, unas buenas fiestas y todo lo mejor para 2010.