Queridos nietos, os dejo este regalito…

Queridos nietos, os dejo este regalito…

{mosimage}…que durará decenas de miles de años… Así podría comenzar la carta a nuestros nietos, una carta para explicarles que les dejamos una herencia de lo más duradera: toneladas de residuos nucleares. Porque la radioactividad y, por lo tanto, la peligrosidad, de estos residuos persiste en el tiempo. Éste es sólo uno de los problemas por resolver de la energía nuclear, aunque no el único. También es un problema el hecho de que la extracción del uranio, el mineral que se necesita para la producción de energía nuclear, es inmensamente costosa y perjudicial para la salud de los mineros que trabajan en su extracción (inhalación de polvo y gas radón); también lo es el hecho de que el uranio es un combustible finito: también se acaba, como el petróleo y que, una vez extraído, ha de ser enriquecido artificialmente, proceso que produce cuatro veces más residuos radioactivos que el uranio útil…

Y después de todo el proceso de extracción, el uranio llega a una central nuclear, una instalación que ni los partidos que apoyan abiertamente esta fuente de energía, quieren tener al lado de casa, como han manifestado recientemente PP y CiU. Nadie quiere tener una central nuclear cerca porque ello implica un riesgo importante cuanto menos, a fugas, cuando no a accidentes más devastadores.

Desde ICV-EUiA somos conscientes de que existen en este momento un número de centrales nucleares en funcionamiento cuyos residuos son un problema abordar. Y pese a que somos partidarios y partidarias de la sustitución de la energía por fisión nuclear por otras alternativas, renovables, limpias y seguras, nuestra posición no es la de eludir el problema. Pensamos que hay que abordarlo con rigor, lo que implica tener en cuenta dos requisitos: es necesario consensuar antes un calendario de cierre de las centrales en funcionamiento (planificar qué hacer con los residuos sabiendo cuántos tendremos) y abordar el problema dando la información y el tiempo precisos para conseguir el consenso social, político, territorial y ambiental, y asegurando el cumplimiento de la Directiva de Aarhus en materia de participación e información ambiental.

No, nosotros no queremos dejar esta herencia a las generaciones futuras. Si es necesario un almacén de residuos nucleares, queremos que éste tenga fecha cierre desde el momento de su apertura y queremos que el proceso para elegir su ubicación tenga todas las garantías de información y participación, y no apoyamos que la voluntad de una localidad pueda condicionar las voluntades de toda una comarca o de toda una comunidad.