I V A

IVA

{mosimage}Sin duda alguna, un incremento de impuestos es una de las medidas fiscales más impopulares que puede implantar cualquier gobierno. Es evidente que a nadie le gusta pagar más y, posiblemente, esto es lo único en lo que todos los ciudadanos están completamente de acuerdo.

El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) subirá antes del periodo estival. De los tres tipos de IVA, la modificación subirá en un 2% el tipo general de IVA que pasará del 16 al 18%, y el 1% el tipo reducido que pasará del 7 al 8%, éste grava, entre otros, los servicios de hostelería. Sin embargo, no afectará al tipo superreducido del 4 %, que se aplica a los bienes de primera necesidad como comida y medicinas.
Todos los economistas pensamos que estas medidas son mucho más fáciles de establecer cuando la economía va bien. Personalmente, desde hace unos cinco años estaba esperando que ocurriese en algún momento. Si se hubiese establecido la subida en 2006, seguro que no hubiese tenido ninguna repercusión social aunque no era tan necesario como lo es ahora.

Es una medida que se está cuestionando, pero, en todo caso, hay que hacerlo desde una consciencia de comprensión y aceptación del entorno económico-social en el que estamos inmersos. Por un lado, vivimos en un estado de bienestar como hay pocos en el mundo. En cierta medida, tenemos en la cabeza la protección que nos brinda el estado de bienestar que incluye prestaciones por desempleo, servicio de sanidad, acceso a la educación y a servicios sociales básicos. Aquí nadie se plantea quedarse sin trabajo y no tener una prestación por desempleo, aunque en la gran mayoría de países del mundo esto no ocurra. Todos queremos políticas sociales de protección ante los efectos de la crisis y nuestras prestaciones sociales están ahora entre las de primer nivel europeo pero, por cierto, habrá que pagarlas.
Por otro lado, de los veintisiete países de la Unión Europea nuestro tipo general de IVA es el tercero más bajo, después de Chipe y Luxemburgo que tienen el 15%. Cuando tengamos el IVA general al 18% seremos el cuarto más bajo igualados a Lituania, Letonia, Malta y Estonia.

Nadie niega que la subida tendrá consecuencias a corto plazo; se calcula que habrá una reducción del consumo en el tercer trimestre y, en algunos casos, los precios podrán subir bastante más del 2% por el “efecto redondeo”. Por ejemplo, si se vendía algo a 100, IVA incluido, con la subida sería 101,73, pero como no es un número cómodo, puede subir a 102 o a 105. Tendremos que estar alerta de este tipo de prácticas.

A pesar de la impopularidad y las fuertes críticas, esta subida desgraciadamente no será la última.

Antonio Fdez Carracedo