Igual pero aún peor

Igual pero aún peor

{mosimage}Hace un año escribíamos:
“Coger el coche para ir por Castelldefels se ha convertido en todo un gran reto; cada día son más las calles afectadas por las obras. Salir de casa, conseguir llevar a sus hijos al colegio y luego dirigirse al supermercado más próximo a realizar la compra se está convirtiendo en una misión imposible de realizar
en un tiempo razonable.

Y es que si la mesura en cualquier tema es una buena consejera, en los temas que significan cortar calles y variar la dirección de la misma debería ser la buena planificación y la mesura una obligación ineludible. El camino habitual ya no existe y lo más habitual es tener que  cambiar cada día de camino. Algunos con desvíos bien ideados, pero otros con verdaderas chapuzas que hacen que los coches casi tengan choques frontales en las rotondas. Suerte de la prudencia que tenemos todos en estos casos.

Y que dure la prudencia y que venga acompañada de la paciencia, que lo que hasta ahora hemos sufrido, aun siendo grave, no va sino a ser el prólogo de la “estupenda temporada de verano” que se nos avecina. Cuando al actual puzzle de calles cortadas se le sume el turismo estival y las colas del Ànec Blau.”

Y lo que escribimos hace una año, es hoy también plenamente válido. Un año después nada ha cambiado, siguen las obras, las colas, los atascos y el célebre plan de ZP para paliar la crisis; ya ha demostrado todos sus efectos, no ha hecho otra cosa que hundirnos es todas esas zanjas que abrió y que no ha parado de abrir en toda la legislatura.