¿Le toca las narices? Pues se llama justicia…
{mosimage}Sostiene Montilla que la sentencia del Estatuto tiene el efecto de “tocar las narices”. Y añade Montilla: "¿Tienen que reiterar tantas veces la indisoluble unidad de España? ¿Por qué?” Pues mire, Sr. Montilla, quizás reiteren tantas veces la indisolubilidad de la nación española porque algunos personajes metidos a políticos se han empeñado en reiterar justamente lo contrario, faltando con ello a la legalidad vigente.
Y es que la justicia tiene eso, uno de sus deberes es insistir en que la legalidad se cumpla y gran parte de la clase política catalana, con usted a la cabeza, han intentado promover y aplicar un Estatuto que contenía artículos claramente inconstitucionales.
La Constitución fue creada para establecer una serie de normas que garantizaran lo derechos de todos los españoles. Su estatuto no respetaba los derechos de todos los ciudadanos.
Y al final la justicia habló y dice, entre otras cosas, que la Administración 'no puede tener preferencia' por una lengua y que el castellano no puede dejar de ser lengua vehicular y de aprendizaje'. ¿Le toca las narices todo esto, Sr. Montilla? Si es así, lo sentimos, pero lo que usted no puede olvidar, como cargo electo, es a su obligación a acatar y cumplir esa sentencia y la legalidad vigente que con ella se consolida.
¿Cuánto dinero de nuestros impuestos se ha gastado usted fletando autobuses para llenar esa manifestación de orgullo herido? Orgullo herido y nada más, ya que la manifestación ha carecido, en su convocatoria y desarrollo, del ineludible respeto que todos los órganos de gobierno deben rendir a los tribunales.
Y encima le hicieron salir de la manifestación fuertemente escoltado a gritos de botifler. Justo en esa manifestación donde el PSC estaba apoyando las posturas independentista más radicales, van y le llaman “charnego”. Qué ingratos…
Así que volviendo a nuestro tema: Sr. Montilla, siento que esto le “toque las narices” ya que ante una sentencia aclaratoria y que potencia la libertad de los ciudadanos, usted solo debiera alegrarse . Pero ya que hay sentencia, le toque las narices o no, solo le quedan dos opciones dignas: Acatarla o dimitir. Aunque seguro que indignas hay algunas más…