Ninis versus Sobres
{mosimage}El sindicato UGT ha hecho público estos días un estudio en el cual una de las conclusiones más importantes es: “El 23% de los jóvenes catalanes entre 16 y 24 años ni estudian ni trabajan”.
Y este tipo de conclusiones convive con otras extraídas de otros estudios sociológicos que afirman que estamos ante la generación más preparada de la historia de nuestro país.
¡Qué incongruencia! O quizás no… Por un lado, tenemos a una parte de los jóvenes con un buen nivel de formación que incluso alargan más allá de la universidad, rayando la sobrecualificación (Sobres); mientras que otra, también importante, abandona los estudios en secundaria o incluso antes de llegar (Ninis). Los Sobres o siguen estudiando o acaban encontrando trabajo, porque la formación todavía garantiza mayores oportunidades de acceder al mercado laboral, mientras que los Ninis intentan trabajar pero no están preparados.
¿Qué diferencias importantes hay entre estos dos grupos? Pues la que pesa más parece ser el nivel socioeconómico de las familias: cuanto más bajo es el nivel de estudios y económico de los padres, más bajos son los resultados académicos de los hijos e hijas. Es decir, que a pesar de haber universalizado el acceso a la educación, no se han democratizado los resultados: todos y todas pasamos por la escuela, pero todavía hay demasiados que fracasan y abandonan (casi el 30%).
Tampoco el actual modelo social ayuda demasiado, como explicaba Rosa M. Calaf en una reciente entrevista: “El éxito ya no es sinónimo de excelencia ni de esfuerzo, sino tan sólo de lucimiento personal”. Y eso unido a la cultura imperante del pelotazo, no anima demasiado a los colectivos implicados: jóvenes, educadores, padres y madres.
No vale buscar culpables ni tampoco excusas fáciles…, pero hay que reconocer que durante la década de los 60, 70 y 80 la igualdad de oportunidades brillaba por su ausencia, al contrario de lo que pasaba en otros países europeos, y eso se nota en la actualidad. Y aunque se está invirtiendo en recursos y aplicando medidas para mejorar la calidad del sistema educativo y de la formación profesional, los resultados son lentos y a medio plazo.
Pero hay que ser positivos, porque citando a Pierre Teilhard De Chardin: “El futuro pertenece a los que dan a las generaciones siguientes motivos para la esperanza”.
¡Feliz inicio de curso!
Carme Sánchez Martín
www.CarmeSanchez.com