¿Sabes cómo ERES?

¿Sabes cómo ERES?

{mosimage}Probablemente una de las preguntas más difíciles de contestar sobre uno mismo es la de ¿Cómo soy?
 En principio, la gente piensa que ello es debido a la amplitud de la pregunta y, especialmente, a la dificultad que encontramos por encontrar las palabras precisas que lograrían aproximarse a una descripción de nosotros; pero en realidad la dificultad por describirte tendría más que ver con que uno mismo no es capaz de identificarse y reconocerse, no es del todo capaz de saber cómo es y, además, creemos que estamos ya realizados cuando en realidad estamos en un proceso de cambio constante, o al menos, así podría ser, ya que tendríamos que sentirnos lo suficientemente flexibles como para incorporar todas aquellas cosas que pueden ser enriquecedoras para nuestra personalidad.

La tendencia generalizada es al no cambio, sólo por la inercia, claro, y es que muchas veces pensamos que ya estamos bien así y pareciera que la inmovilidad nos aporta una especie de apreciada seguridad, como les ocurre a los niños, que necesitan sus rutinas diarias para encontrarse tranquilos. Pero ahora, estoy planteando el atreverse con el cambio en el sentido de una mejora personal que nos permita acercarnos más a nuestro proceso de constante crecimiento interior. Pensar es una acción compleja, y pensar sobre uno mismo reviste de mayor complejidad por cierta carencia de perspectiva que podemos evidenciar. Pero cuando pensamos sobre nosotros lo importante no es la objetividad, sino esa subjetividad que nos hace diferentes. Eres único y valioso por ello y, además, podemos decidir si queremos ser o no ser de una forma u otra. Nuestra actitud es definitiva en nuestra manera de ser, y la actitud de cada persona la define en sí misma. ¿Sabes que la actitud es una conducta modificable?
Entonces, no esperes a que alguien te pregunte cómo eres y te quedes en blanco en el momento de intentar responder, pregúntatelo tú, pregúntate ¿cómo soy? ¿quiero ser así?, ¿creo que soy lo suficientemente flexible como para modelar aquellas cosas que no me satisfacen de mi? Escríbelo, ponerlo sobre el papel ayuda a reflexionar.

Pensar sobre uno mismo requiere de valentía, porque dentro de nuestras ideas, en muchas ocasiones, aparece un caos de inseguridades. Pero conforme lo piensas y lo reflexionas, te vas comprendiendo mejor y sintiendo más seguro. Todos pensamos sobre muchas cosas y no tanto sobre cómo somos. Para podernos describir nos habríamos de redescubrir cada día; todos podemos ser imprevisibles, sorprendentes, cambiantes en nuestras emociones…, pero aparece, en demasiadas ocasiones, una tendencia a ser absolutamente estáticos y , en muchas ocasiones,llegamos al desaliento. Así como le dedicas horas a tu trabajo, a tu familia, a tus hobbies, también te ayudaría dedicarle un espacio diario a pensarte.

Si te descubres valioso, lo transmites; si te comportas como siempre, dejándote llevar por tu monotonía interior, también lo transmites, ello se traduce en una onda expansiva que no genera la positividad que te ayudaría a encontrar una retroalimentación en toda aquellas personas que se crucen en tu camino, y que puedan detectarte como especialmente interesante.

Mónica Dosil
clinic.castelldefels@isepclinic.es