Nuestro diálogo interior

Nuestro diálogo interior

{mosimage}La persona con quien más hablamos y que más escuchamos somos nosotros mismos. Se denomina diálogo interior. Todos, sin excepción, hablamos ininterrumpidamente con nuestro interior; sin embargo, pienso que no nos prestamos demasiada atención ni somos conscientes del enorme poder que los pensamientos tienen sobre nuestra visión de la vida. Todas las acciones vienen provocadas por nuestro diálogo interior. Sólo  conseguiremos crear nuestra realidad si somos capaces de establecer un diálogo interior positivo que nos ayude a usar todo nuestro potencial para ser felices. Esta felicidad depende de la pasión que pongamos para realizar las cosas y ésta del diálogo interior que nos predispone a la vida.

Cuando, en nuestra faceta de homo economicus centramos este diálogo en la faceta económica, me he dado cuenta de que últimamente hablo con demasiada gente con diálogos interiores negativos.

Posiblemente tengan razón ya que éste suele ser fruto de experiencias vividas y, claro está, el entorno actual afecta bastante. No obstante, este tipo de diálogos tienen un efecto destructivo en las personas. Normalmente, se mezcla la realidad objetiva con los temores y expectativas que cada uno tiene. Aunque nadie quiere vivir con limitaciones autoimpuestas; si no nos cuidamos, el diálogo interior puede ser denso, agobiante y desesperanzador. Por suerte, el diálogo interior se puede desarrollar pudiendo llegar a tener un diálogo positivo que nos lleve a crear lo que creemos. Hemos de observar constantemente nuestro diálogo interno trabajándolo para que sea positivo. Sin duda, cualquier pensamiento negativo puede ser combatido con mensajes positivos. Al principio, nos tendremos que esforzar para convertirlo en un hábito.
Igual que nuestro corazón bombea sangre a todas partes del cuerpo, nuestra mente crea ideas.

Curiosamente, intentamos alimentar bien el corazón y somos cuidadosos con él, pero no somos tan conscientes de que hay que alimentar bien la mente para tener una vida que no se desequilibre fácilmente. Debemos vigilar con qué alimentamos nuestra mente eliminando las influencias negativas, centrándonos en buscar el lado positivo, vacunándonos ante cierta información desestabilizadora y cultivando relaciones con personas positivas. A pesar de que el momento económico nos está haciendo tropezar, sólo llegarán a sus metas aquellos que tengan un diálogo positivo fuerte que les ayude a mantener el rumbo que desean y no los que, ante las caídas, sufren altibajos llegando a perder su dirección.

Me atrevo a afirmar que el éxito depende de la fortaleza de nuestro diálogo interior. Les animo a repensar, controlar y mantenerlo siempre en positivo.