El crédito se servirá a cuentagotas
{mosimage}Si se piensan que cuando la economía española se recupere los créditos aumentarán, mucho me temo que se equivocan. Las expectativas de las entidades españolas apuntan a que los préstamos al sector privado se mantendrán congelados. Por ahora, tanto la demanda, las necesidades de crédito, como la oferta, lo que están dispuestos a conceder las entidades de crédito, ha bajado considerablemente por los efectos de la crisis. Como actualmente los bancos y cajas gestionan unos recursos cada vez más escasos, esto nos hace ser pesimistas y pensar en una restricción de la concesión de préstamos y criterios de concesión mucho más severos.
Las previsiones macroeconómicas sobre España corroboran esta idea, ya que la mayoría de estudios apuntan que el Producto Interior Bruto (PIB) crezca de forma muy moderada los próximos años, un porcentaje tan ínfimo que no será lo suficientemente amplio para crear empleo.
Las previsiones de impagos no son nada optimistas, lo que anticipa que las cajas y bancos serán muy cautelosos al establecer las condiciones de concesión de nuevos créditos. Desde este mes, las entidades una vez que transcurra un año desde el inicio de los impagos deberán reservar el 100% de su importe, con lo cual esto afianza más la reducción del crédito.
El Banco Central Europeo es conciente de que las medidas extraordinarias establecidas para la recuperación del sector han provocado que muchas de las entidades acumulen un exceso de liquidez, por lo que en breve procederá a su retirada. Adiós a la barra libre, ya que parte de estos recursos subastados no son destinados a facilitar préstamos, sino a la compra de deuda pública, retribuida por un interés que puede superar el 4%. Como estas entidades tienen que devolver el dinero subastado a 1% de interés, la diferencia constituye la ganancia del banco, y el recurso para poder ofrecer depósitos muy por encima de los tipos oficiales. Con la eliminación de la barra libre, las entidades deberán acudir a los mercados de capital, donde la financiación es más cara y se discrimina en función del riesgo. Las medianas y pequeñas entidades serán las que se vean más perjudicadas, ya que tendrán que pagar tipos muy altos para objeten fondos.
Otro punto a tener en cuenta son los cambios regulatorios. Los acuerdos sobre Basilea III obligarán a las entidades a subir sus ratios de solvencia y a cambiar la composición de los mismos.
Con todo esto, una vez pasada la crisis, si no se satisface el crecimiento de la demanda de préstamos por parte de las empresas, se corre el peligro de que la recuperación se trunque.
Guiomar Llorià Montaner
Agente Bankinter