¿Hasta cuándo… PAPÁ NOEL?
{mosimage}Acompañad a vuestros hijos en el descubrimiento de la verdad porque es el verdadero camino hacia su desarrollo intelectual.
Nos vamos acercando a las fechas navideñas, esa época del año cargada de múltiples deseos y donde los niños se convierten en los reyes a los que se les ofrecen los regalos esperados durante todo el año. Uno de los aspectos que envuelve la Navidad es el hecho de crear en los hogares el misterio de ¿de dónde vienen los regalos?, los traen los Reyes Magos o los reparte Papá Noel con su trineo, o bien los caga un tronquito llamado Tió.
Últimamente se han puesto todos de acuerdo para pasar por las casas y dejar regalos en los días señalados.
Desde antiguo se les han explicado cuentos, historias, leyendas o mitos a los niños para que, a partir de unos personajes, comprendan aspectos de la vida difíciles de explicar. Sería igual o parecido que cuando vamos a ver una película en el cine, puede ser más real o ficticia, pero nos permite sentir y emocionarnos y a veces comprendernos mejor. Todos sabemos que "eso" no es la vida real o realidad, pero nos gusta y nos ayuda, nos aporta sensaciones, en ocasiones desconocidas y nos abre nuevas perspectivas que luego podemos integrar en nuestra realidad.
La historia para el niño es en la más tierna infancia una realidad, la suya. Pero, poco a poco, con el desarrollo de su inteligencia, sus ganas de saber y descubrir el mundo, empieza a notar que hay aspectos de la historia que no le encajan. Este es el punto crucial, aquí el niño debe separar "realidad-cuento" igual que el adulto separa "película-vida real". El niño comienza su investigación, observa más detenidamente, para ver si encuentra indicios del engaño y pregunta a los mayores, que son los que saben. Lo primero que debemos tener en cuenta es que cuando el niño pregunta es porque ya sabe algo que quiere comprobar.
Y lo más importante, que cuando el niño pregunta, hay que decirle la verdad, pero ¿por qué?, ¿por qué no seguir con esa historia que es tan mágica y tan bonita? Porque si engañamos al niño, le estamos indicando que ese camino que ha abierto, ese camino de la inteligencia, donde se han puesto en marcha investigación, comprobación, deducción, o sea, todo un método científico para descubrir la verdad, no es el camino adecuado y sin saberlo podemos frustrar a un niño inteligente de su propio desarrollo.
Acompañad a vuestros hijos en el descubrimiento de la verdad porque es el verdadero camino hacia su desarrollo intelectual.
Isabel Real
Logopeda
Isep Clínic
Castelldefels