Amores Urbanos
{mosimage}No es casual que Martha Cecilia Cedeño Pérez sea poeta. Ella nació en un lugar con nombre de cuento de hadas: Maguaré. Un lugar de Colombia, de selvas y ríos y caminos húmedos. De esos que tan bien describe nuestro común Premio Nobel Gabriel García Márquez. Martha, además es doctora en Antropología Social por la Universidad de Barcelona, Licenciada en Lingüística y Literatura por la Universidad Surcolombiana de Neiva, Huila; Historiadora y miembro de número de la Academia Huilense de Historia; Magíster en Educación por el Arte y Animación sociocultural, etc., etc., etc.
Por mi experiencia académica, me consta que las personas que se inclinan por el estudio de la Antropología, acostumbran a ser, como se suele decir, “buena gente”, tal vez alguno de vosotros me pueda decir que soy reduccionista y, probablemente, tengáis razón, pero cada uno debe opinar de lo que ha vivido, pero no en vano los antropólogos estudian la realidad humana y es la ciencia que trata de los aspectos biológicos y sociales del hombre. Ese acercamiento que hace el antropólogo a sus congéneres, le hace moldearse como seres tolerantes, sensibles, de buen trato… Valga esta divagación para deciros que Martha, con estos antecedentes, tenía que ser poeta y, para mí, buena gente. Estaba escrito en las estrellas.
Cuando esta columna llegue a vuestras manos, ya habrá presentado su nuevo libro de poesía “Amores urbanos” de ediciones Parnass, Barcelona, 2010,en l’Hospitalet, lugar donde reside desde hace años. Habrá sido en la Bòbila donde sus versos se habrán expandido como éter por la sala: “Desplomo sobre ti los días escritos / en el agua / recreados de agonías cotidianas / y de versos. / Arropo tus auroras con incertidumbre de los sueños, / plenos de locuras de hierba, / caminatas bajo la lluvia caliente / de mis besos. / Viajes por valles y paisajes oscuros / y colinas de suave vuelo con brújula / de mi cuerpo, / sólo para aprehenderse, despacio, / en duermevela, / en el abismo de mis piernas y mis silencios”. Martha, antropóloga, buena poeta, buena persona…, teje los besos, las risas, los adioses a través de sus poemas, como indica el profesor Manuel Delgado. Poemas honestos donde la palabra suena a sinceridad. Aquí no sobra un verso ni un verbo y sus imágenes vienen de su pasado emocional para atravesar el tiempoy perdurar. Y es que los poetas de verdad, aunque hablen de otros, hablen de calles, de amor o desamor…, miran a su interior. Nos dan lo mejor que tienen: sus sentimientos. “La ciudad recuerdo / cabalga despacio / en los ojos del transeúnte / cuerpo sonámbulo / deslizándose en las esquinas / donde habitan los cuerpos soleados / de los veinte años. / Entonces la juventud no era / memoria de una plaza dorada / por la luz / ni una paloma en el hombro / sino una calle diáfana de juegos / y un rumor de puertas en reposo”.
Martha vendrá a nuestra tertulia a deleitarnos con su libro: estáis invitados, será en el Ateneu Barcelonès el próximo 28 de enero y me cabe el honor de prensentarla. Le pediré, como siempre, a mi amigo Alfonso Levy, que lea lo que yo torpemente escribo. Él, con su serena dicción, hará mejor este texto y de lo que no habrá duda, es que Martha nos dejará con sus palabras, con su poemario, lo mejor de ella misma.
Felipe Sérvulo
fservulo@hotmail.com