La línea del año
{mosimage}Ahora que acaba el año, les propongo un ejercicio de autorreflexión: dibujar en una línea nuestro año 2010. Consiste en marcar aquellas actividades diferenciales realizadas durante los doce meses. Puede ser una decisión importante, un cumpleaños, una comida clave, una conferencia, un viaje, un día que tuviste un idea, el final del curso, el principio de un paso profesional… o cualquier acto que tenga que ver con el homo economicus que llevamos dentro.
La velocidad de nuestro día a día no permite tener esta imagen global, así con este ejercicio será más fácil la visión de hacia dónde hemos ido. Tendremos en perspectiva lo realizado en los últimos doce meses de nuestra vida y rápidamente observaremos si pertenecemos al grupo de personas que, en vez de lamentarse, aceptando el pesimismo generalizado que nos rodea, hemos asumido actitudes vencedoras realizando varias actividades y siguiendo la búsqueda que supone la vida o, sin embargo, no hemos hecho casi nada al estar apoderados por un victimismo encontrando más excusas que ganas para actuar. Sabremos si somos aquellas personas dinámicas y creativas o si de las que nos dejamos llevar. Un magnífico profesor de Sociología que tuve se dedicaba a escribir cada mes las actividades que su familia y él iban arrancando y alcanzando. Al final, tenía un magnífico resumen de cómo había ido el año y lo enviaba a todos sus amigos. Por suerte, me contaba entre ellos. Era un magnífico termómetro para saber si su familia aprovechaba todo el tiempo haciendo rendir minuto a minuto o, en cambio, si el tiempo pasaba sobre ellos sin dejar rastro. Como es lógico, conseguir hacer un buen análisis demanda dedicación, método y disciplina. No es fácil, sobre todo si no hemos hecho muchas cosas y, en consecuencia, no le vemos el beneficio. Pero pensemos, como dijo Eduardo Galeano, que “Somos lo que hacemos, pero somos, principalmente, lo que hacemos para cambiar lo que somos”. Aunque a los economistas se nos acusa de reducir todo a números, en realidad, con esta deliberación evaluaremos cómo hemos avanzado en el cumplimiento de nuestras metas y sueños durante este año que nos deja. La guinda de este proceso sería poner un título a nuestro año 2010 y, por qué no, otro título, a modo de intención, para el año que entra.
Si alguien tiene la sensación de que ha hecho poco este año, no está solo. Lamentablemente, para muchos este ha sido un año perdido, de los de borrar de la memoria. Ahora bien, no olvidemos que han sido 365 días de nuestras vidas y son irrecuperables.
En caso de que no lo hayamos aprovechado al máximo, nos haya sabido a poco y creamos que podemos hacer mucho mas, dediquemos estas navidades a planificar nuestro futuro.
Feliz 2011
Antonio Fdez Carracedo