Secretos y chismorreos
{mosimage}Todas las personas tenemos secretos. Y, además, como explico en una actividad para niños y niñas sobre prevención de abusos sexuales, existen secretos buenos y secretos malos. Los buenos secretos deben guardarse (por ejemplo, la compra de un regalo para una amistad), pero los malos (por ejemplo, que un familiar te realiza tocamientos que te incomodan) hay que compartirlos con una persona de confianza.
Hasta hace relativamente poco tiempo, si alguien desvelaba determinados secretos, generalmente quedaba en el entorno más cercano o se descubrían al cabo de un tiempo, aunque esos secretos fueran de personas poderosas e importantes. Pero, actualmente, con la capilarización de Internet, esos secretos, si se dan a conocer, pueden ser compartidos, en cuestión de minutos, por millones de almas que tienen acceso a un ordenador.
Desde hace tres años, la organización mediática internacional Wikileaks está desvelando informaciones sobre comportamientos no éticos de gobiernos, empresas y organizaciones. Muchos de esos comportamientos son secretos bien guardados hasta ahora, pero que según los creadores de Wikileaks son “malos secretos” y deben conocerse por la ciudadanía mundial.
A finales del mes pasado, Wikileaks filtró más de 250.000 comunicaciones entre el Departamento de Estado americano con sus embajadas de todo el mundo. Se considera la mayor filtración de secretos de la historia, no sólo por la cantidad de información, sino también por el alcance que ha llegado a tener.
En todo el paquete revelado hay secretos sorprendentes y también preocupantes como la parte referente al fallecido reportero José Couso, pero algunos otros se les podría considerar 'menores', que casi rozan el chismorreo más propio de un patio de vecinos o de una conversación de bar, que de comedidos embajadores. Supongo que igual que en las redes de pesca acaban peces grandes y también morralla, entre tantas comunicaciones, también las hay anodinas…
De todas maneras, determinados gobiernos y organizaciones consideran que estas actuaciones ponen en peligro a personas e instituciones, por lo que la página original de Wikileaks está actualmente eliminada de Internet y el director detenido.
En estos momentos, hay detractores y seguidores de hacer públicos determinados secretos, los primeros a favor de la libertad de prensa, y los segundos por cuestiones de seguridad.
Emocionante debate, aunque a mí me interesan sobre todo los motivos que mueven a determinadas personas a desvelar tantos secretos, desenmascarar “las gargantas profundas” y también quién está detrás de Wikileaks…, aunque quizás deberemos esperar a que alguien de Wikileaks deserte y monte otra organización mediática para saberlo…
¡Ah! Y mis mejores deseos para el año 2011!