Qué le pides al año
{mosimage}Los ánimos siguen estando bastante bajos y, lo que es peor, las expectativas del mercado no ayudarán a levantarlos a corto plazo. Para qué engañarnos si Estados Unidos, que es el principal país interesado en reactivar la economía del consumo basada en el crédito, hace amagos pero aún no lo ha conseguido, qué nos hace pensar que nosotros nos recuperemos antes. Un día se proclama la luz al final del túnel y al día siguiente siguen las tensiones en el mercado que obligan a rescatar el sistema financiero de algún país. Estamos en una montaña rusa con subidas y bajadas que asustan demasiado.
Este proceso de involución económica está teniendo un coste oculto muy importante al afectar a la parte personal de cada uno de nosotros. El hombre se adapta a todo y después de pasar por las fases de negación de los hechos, en la que perdimos demasiado tiempo y, de aceptación de éstos, ahora estamos entrando en la de resignación. La mayoría piensa “que me quede como estoy”. Podemos afirmar que en estos momentos pocos están pensando más allá de la supervivencia. Nos está minimizando.
Ahora bien, de todos es sabido que cada situación que nos toca vivir requiere de una elección personal, sobre todo en las de carácter económico. En ese momento, tú eliges cómo reaccionas ante lo que Ortega y Gasset denomina “circunstancias”. Sin duda, existe una realidad, pero no debemos renunciar a nuestra capacidad de designar cómo queremos que nos afecten los hechos. En este sentido, me uno a los pensadores chinos que centran la responsabilidad por la propia felicidad en las actitudes y actos de la propia persona, más que en lo que ocurra en el entorno o en cómo se comporten otros.
Apuesto por un año donde la superación personal sea mi bandera para desarrollar un proceso de transformación través del cual trate de adoptar nuevas formas de pensamiento, y adquirir una serie de cualidades. Tal y como le dijo el conejo a Alicia en el libro de Dodgson, Alicia en el país de las maravillas, si no sabes adónde ir, todos los caminos son buenos. De ahí la importancia de elegir bien los objetivos a alcanzar. Ahora bien, tengo claro que la superación no llega con el simple deseo, requiere acciones continuas y esfuerzo para vencer los obstáculos que se presentan.
Sinceramente, la decisión de cómo vernos a nosotros mismos triunfando no depende de los otros. Como dijo Zig Ziglar: “Si no te ves a ti mismo como un ganador, no podrás actuar como un ganador”.
Podemos escoger el papel de víctima, muy de moda, e intentar pasar por el año de puntillas o decidir qué le vamos a pedir a este año, definir nuestras metas y perseguirlas incansablemente. Y por qué no, ser un poco ambicioso para que el año sea lo mas sustancial posible. Si no le pides nada al año, posiblemente consigas menos.