Profetas del pasado

Profetas del pasado

{mosimage}Cuántas veces hemos oído las frases:“Si lo decía yo, esto no podía seguir así” o “Ya se veía venir”. A estas alturas, dudo mucho que queden personas que no sepan explicar la crisis actual, sus orígenes y consecuencias a día de hoy. Tiene poca dificultad explicar el pasado, por lo menos a nivel de divulgación. Son los llamados Profetas del Pasado.

En mi día a día, tanto en el mundo empresarial como en el universitario, me encuentro a muchos de estos “profetas”. Y cada día hay más, demasiadas personas que añoran un pasado mejor. Desde mi modesto punto de vista, dedicamos demasiado tiempo a hablar del pasado reciente del que todos somos especialistas, o por lo menos eso creemos. En definitiva, una pérdida de tiempo. Lo realmente difícil no es ir por la vida siendo un profeta del pasado, sino ser un verdadero profeta que pueda presuponer cómo será el futuro. Y más difícil todavía, ser capaz de vislumbrar oportunidades que se puedan aprovechar individualmente. A pesar de que uno de los desafíos de la humanidad siempre ha sido predecir el futuro llegando a obsesionar a los humanos, la verdad es que no dedicamos suficiente tiempo ni esfuerzo a imaginarlo.Una de las técnicas más válidas para buscar ese futuro a corto plazo es acompañar las acciones que hacen las empresas. Pensemos que éstas viven en un mercado muy competitivo, no pueden quedarse paradas, ni tener miedo y han de seguir adelante o cerrar. Para ello tienen varios profesionales pensando en la estrategia que van a seguir. Ahora las empresas están saliendo al mundo para exportar, intentando recuperar inversiones en el corto plazo, concentrándose en sus negocios de origen e innovando para acceder a nuevos nichos de mercado y clientes.

Existe un paralelismo mayor del que pensamos entre las empresas y nuestras vidas de homo economicus. Nosotros también vivimos en un mercado competitivo, no podemos quedarnos parados y la única diferencia es que nosotros no podemos cerrar. La segunda parte de este ejercicio sería aplicar las acciones de las empresas a nosotros mismos.

Como decía Victor Hugo, el futuro tiene muchos nombres: para el débil es lo inalcanzable, para el miedoso, lo desconocido y para el valiente, la oportunidad. Decidan con quién se quieren identificar y sobre todo no pierdan el tiempo siendo profetas del pasado.